La opinión del lector
Arcadio Domínguez,
«El buen pastor»
Arcadio Domínguez Morilla, tan conocido por los vecinos de Pobladura de Pelayo García, ha muerto a los 81 años tras una corta pero penosa enfermedad. Su vida ha estado dedicada en pleno al sacerdocio. Llegó a Pobladura en el 76, donde estuvo 14 años al servicio de este pueblo, de Zuares del Páramo y de Villar del Yermo. Aún lo recordamos con mucho cariño. Pobladura bien sabe la labor que desempeñó como sacerdote y también socialmente. Cuando llegó no teníamos ni servicio de agua potable ni red de alcantarillado. El Ayuntamiento y los vecinos te pusimos al frente de la mayor obra que en aquellos momentos necesitaba el pueblo. Te nombramos administrador con una junta que elegimos para este fin.
Esta obra la hicimos como se hacían antes en los pueblos luchadores y pobres, por hacendera, algo muy difícil para contentar a todos los vecinos. Tú lo lograste durante los dos años que duró la obra con sobresaliente. También ejerciste como fontanero gratis. Eras un manitas. Qué difícil era para nosotros ver un sacerdote sin sotana, con la funda o mono y la caja de herramientas. Tú nos hiciste ver que eras un vecino más y al mismo tiempo nos abriste los ojos.
Durante todos estos años en Pobladura también ejerciste con la juventud, inculcándoles tus dotes de profesor, de artista, haciendo posible obras de teatro y representaciones de televisión. Como aquel programa de Directísimo que nunca olvidaremos.
En el año 89, tras 14 años de servicio, nos dejaste con una huella marcada que nunca se ha olvidado y no se olvidará. No nos dejaste por tu propia voluntad y recogimos firmas en el pueblo para retenerte. Tú nos hiciste ver que te debías a unos principios y a unos votos que habías jurado y te debías a las órdenes de tu jefe, el señor obispo.
Nunca olvidaré el cariño con que trataste a mi padre durante el último mes de su vida. Le hacías la visita cada día, le dabas la comunión que era la mejora terapia que le podías dar, y en cuanto a mi concretamente me animaste a que leyera la palabra de Dios.
El día 3, en la iglesia de su pueblo natal —Matanza de los Oteros—, oficiado por el obispo y acompañado de numerosos amigos sacerdotes y conocidos de distintas parroquias en que ejerció y el pueblo entero de Pobladura de Pelayo García, le han acompañado en su última morada. Arcadio, descanse en paz.
¿Iguales ante la ley?
Después de la declaración de la infanta Cristina se ha demostrado que los españoles no somos iguales ante la ley, ya que desde el principio de la causa se ha tratado de evitar su imputación. La declaración no aporta nada nuevo al caso, ya que se ha mostrado evasiva, ignorante y confiada sin reconocer la responsabilidad que supone su «firma» en la participación del 50% en la sociedad mercantil Nóos compartida con su marido. No somos iguales ante la ley, y me refiero a los miles de casos de padres que «confiaban en sus hijos» y un día «firmaron» un aval de su casa para una hipoteca, y ahora se ven desahuciados: ¿Qué sentido tiene una «firma» si no se exige su responsabilidad?, excepto en desahucios y preferentes entre otros, que sí se aplica.