El ocio nocturno debe tener también límites

El problema de las zonas de copas en las ciudades no tiene fácil solución. Hay un choque evidente de intereses en el que el diálogo y el respeto son las únicas armas para llegar a una solución razonable y apropiada para todos.

Es verdad que los jóvenes y los que no lo son tanto tienen derecho a disfrutar del ocio durante la noche. En ciudades como León es incluso un sector importante capaz de generar actividad económica al convertirse en un atractivo más a la hora de conseguir atraer visitantes. Pero ese derecho al ocio tiene que hacerse de un modo ordenado porque afecta directamente al descanso de los vecinos, especialmente en las zonas donde hay una implantación importante de locales de copas.

Las sanciones tienen que ser la última fórmula para afrontar el problema. Y el incremento que se está registrando en la ciudad de León delata que existe un problema. Hay unos límites horarios y parece que se están sobrepasando con excesiva frecuencia lo que obliga a la imposición de esas multas que no deberían llegar si todos cumplen con lo establecido por las ordenanzas, que en principio buscan ese respeto hacia los vecinos.

El problema es que existe un complicado choque de intereses en el que cada uno va a intentar anteponer sus derechos. Los límites horarios parecen hoy por hoy adecuados y tienen que cumplirse. Los locales suelen hacerlo y por justicia debe penalizarse al que apuesta por la trampa y la competencia desleal.