Un mantenedor con sentido del humor

Definido por el alcalde de Bembibre, José Manuel Otero , como «un berciano más» y proclamado «embajador del botillo de Bembibre en el mundo, un cargo vitalicio no remunerado», Paco Vázquez no defradudó como mantenedor en la gran gala del embutido rey, una vez despejados los temores sobre si mantenedor, es decir el que mantiene, supondría tener que pagar la cena de los ochocientos invitados: «No se rían ustedes, no saben de lo que es capaz un alcalde cuando no tiene dinero para hacer las cosas», bromeó. El ex alcalde de La Coruña, ex embajador en el Vaticano y verso suelto del socialismo español proclamó las excelencias del botillo, que «sólo produce beneficios en el espíritu y sensaciones placenteras para el cuerpo». Pero lo hizo con mesura porque «a veces estos entusiasmos llevan a meter la pata», como cuando una ministra —de la que evitó dar el nombre—, durante un mitín al lado de la playa de Riazor y con el sonido del oleaje de fondo, se atrevió a prometer en «el turno de esas promesas que después nunca se cumplen» que programaría viajes del Imserso para que sus ciudadanos pudieran conocer el mar. «¿Paquiño, de dónde trajiste a esta premio Nobel», le preguntó una de sus paisanas.