Diario de León
Publicado por
PEDRO TRAPIELLO
León

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Toque de corneta, redoble de tambor, atenta la compañía... suenan alertas avisando del martirio primaveral que les espera este año a los alérgicos... vienen abriles más floridos de lo normal a sembrar sobre mojado... hubo lluvia a manta y emitirán polen hasta los adoquines.

En realidad, todos los años dicen lo mismo, ¡uy, lo que viene!... y hala, todos al especialista y a la botica a comprar milagros para levantar una inútil barricada y alambradas antitrepa contra la peste polinizada que cabalga en cualquier viento.

Nos alarma, sin embargo, la cantidad creciente de alérgicos crónicos. Las cifras comienzan a aterrar. Ya es un problema grave y el gasto sanitario—farmacéutico que se nos va en atchises de primavera es un potosí... y eso, en una crisis que también duele, es un A perro con sarna todo se le vuelve pulgas .

Pero... ¿de dónde salen estas alergias que hace cuarenta años no existían?... ¿qué ha pasado para que ahora sea nocivo el olor del heno que antes perfumaba jabones y, respirado en el campo, ensanchaba los pulmones y animaba a vivir como pomada al alma?... ¿por qué ahora ese polen nos estraga el día llenándos de mocos, lagrimones, hinchazones y estornudos?...

La respuesta ha de buscarse en aquello que hemos modificado en nuestra vida últimamente. Repasemos: el lugar donde vivimos es el mismo, las plantas que crecen en él son las mismas, idénticas lluvias, iguales soles, iguales heladas... ¿qué cambió?...

Se deduce que lo que realmente ha cambiado es nuestro cuerpo, por dentro y por fuera, en alimentación y en higiene... comemos muy diferente y nos aseamos con frecuencia obsesiva, hay química nueva en nuestra digestión y mucha más química en nuestra piel y pulmón por culpa de cremas, lociones, potingues, humos, perfumes... y nuestro sistema inmune se hace un lío confundiendo un grano de polen con un virus obligando a nuestras defensas a matar moscas a cañonazos... eso es la reacción alérgica según la ciencia.

Y todo nos pasa por olvidar que «de lo que comiste, come» y que nuestra genética es hija de la hogaza, la berza, el tocino y la palangana.

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