Crisis: de la realidad a la ruindad humana

Un informe de Unicef que retrata la situación social en Castilla y León y que conocimos esta semana advierte, traído al terreno más próximo, de que uno de cada cuatro niños leoneses está en riesgo de exclusión social o de pobreza. Otro informe, el de Cáritas, ratificaba dos días después que hay un millón y medio de hogares que padecen una situación de exclusión social severa. Ocurre en un país con una tasa de desempleo del 26,7% en el que más de trece millones de personas tienen como única fuente de ingresos una pensión, el paro u otra ayuda pública y en el que un 30% de la población malvive y, hoy por hoy, carece de horizonte.

Luego está la mayoría de la población, es decir, las clases medias que son las grandes víctimas de los ajustes. Entre la crisis económica, la deuda, la subida de impuestos, el paro que no alcanza techo y los recortes salariales están siendo estranguladas. Y, claro, hay también una minoría de ricos que van a salir más ricos de este ciclo cuyo fin anuncian próximo los más optimistas, los que, seguro, no hablan desde el paro, ni desde el frío, ni desde el hambre. De momento, buenos deseos y propaganda.

Pero la crisis nos descubre su arista más hiriente en una información que hoy publica este periódico sobre la proliferación en León de anuncios en los que se ofrece habitación a cambio de sexo, es decir, hombres que tratan de captar a mujeres en situación de vulnerabilidad para ejercer un nuevo modelo de prostitución. Machismo salvaje que descubre el perfil más ruin del género humano.