Editorial: Una víctima inocente en manos del sistema

El caso del niño de 10 años de Sueros de Cepeda amenaza con convertirse en una auténtica trampa para el pequeño. A tan corta edad se ha visto sumido en el drama de la pérdida de su padre a manos de su madre y ahora en un entramado legal que le impide hoy por hoy y lo que es más grave en un futuro llevar una vida acorde con las necesidades de un niño de su edad.

Al revisar todo lo ocurrido se detecta un error de origen. Recientemente, en la condena por el crimen de Degaña, la Audiencia de Oviedo retiró la patria potestad al homicida que acabó con la vida de su ex pareja. Pero en este otro caso, juzgado en Cantabria, a pesar de que en las alegaciones finales salió el problema el tribunal optó por no pronunciarse. Y de aquella falta de decisión cuando la madre fue condenada a 18 años de prisión por matar al padre surge este grave problema.

El pequeño ha vivido con su tía —hermana de su padre— la mitad de su corta vida. Lleva cinco años en Sueros de Cepeda y todo apunta a que las dos familias no han conseguido alcanzar un punto de acuerdo que dé prioridad al bienestar del niño. El régimen de visitas a los abuelos maternos fue interrumpido por consejo de la coordinador del punto de encuentro donde se hacía el intercambio. Se consideraba que la «deficiente gestión del duelo» le impedía acercarse con normalidad a los padres de su madre. Ahora la Justicia decide que se vaya a vivir con ellos. Y sin poder ver a su tía en tres meses. ¿De verdad se está pensando en el bienestar del pequeño?