Fusión o fisión

La trayectoria del Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo durante la democracia no ha sido precisamente un modelo a imitar. Ha tenido de todo, incluso algún tránsfuga o ediles que entraron con una mano delante y otra detrás y aunque salieron con la misma postura, es cierto, lo hicieron porque ya no les cabía nada más en los bolsillos.

Con ese panorama a los de CC OO se les ha ocurrido plantear la posibilidad de su fusión con León. Y han salido literalmente en tromba quienes no aceptan ni siquiera ese hipotético debate porque lo que en realidad se cuestionan son sus sillones.

La socialista Gancedo lo tiene claro. El problema reside en «el sentimiento ciudadano en contra (de la fusión), nuestras costumbres y tradiciones distintas, la particularidad de nuestro municipio que integran núcleos urbanos y rurales». El entrecomillado no corresponde ni a Artur Mas ni a Urkullu ni a Otegui, son palabras de la ex alcaldesa que ojalá hubiese dejado el Ayuntamiento como un solar, porque entonces sería plano y no tendría tanto agujeros.

Y la otra voz que se ha alzado es la de Izquierda Unida. Su concejala Terrón lo tiene aún más claro. Cogió el carril de siempre y dio las claves: todo esto es consecuencia del pensamiento único que sólo persigue los recortes y más recortes... Quizás perdió una gran oportunidad de observar que la propuesta llega desde el sindicato afín, concretamente de Comisiones Obreras. O quizás lo sabía pero lo importante era decir lo de siempre para que den palmas los mismos.

No seré yo el que defienda que la calidad de vida de los vecinos de San Andrés mejorará automáticamente con la fusión de municipios. Pero confío en que para dar respuesta a CC OO haya alguien capaz de plantear un discurso serio. Las apelaciones sensibleras o las manipulaciones no llevan a ninguna parte. Y menos cuando el mayor volumen de ciudadanos del municipio se concentra justo en esa zona donde el vecino de enfrente es de otro Ayuntamiento.

El debate real debería ser sobre cómo aprovechar mejor los recursos que aportamos los ciudadanos con esos impuestos que tanto nos cuesta pagar. Quizás con una mejor gestión nadie plantearía dudas sobre la idoneidad de ese Ayuntamiento. Pero uno de los males que justifican los municipios de los perímetros de las grandes ciudades han sido los tremendos intereses urbanísticos que han existido.