TRIBUNA
El uso de drones: la oportunidad de la imagen desconocida
Un drone es una aeronave no tripulada que se pilota por control remoto y cuyo uso puede ser muy variado; la parte que a nosotros, La 8 León, nos afecta, es la de uso audiovisual, un campo donde ofrece oportunidades hasta ahora desconocidas.
Hoy en día no existe una normativa reglamentaria de ley específica en este sentido, lo que ha abierto un sin fin de confusiones y multitud de interesados en estas máquinas voladoras. El coste y la facilidad para acceder a ellas permiten que todo tipo de personas puedan ocupar el espacio aéreo a su antojo y beneficio. Es aquí donde la normativa general y la coherencia debe imponerse.
¿Se imaginan una Semana Santa con decenas de productoras grabando para vídeos particulares, encargos personalizados o aficionados que elevan sus drones para el recuerdo de su Pasión particulaR?, ¿o frikis demostrando su destreza y habilidad ante la multitud?. El sentido común obliga a reflexionar sobre cómo actuar con este tipo de aparatos. Urge reglamentar cuatro asuntos vitales para el futuro y velar así por una oportunidad que la tecnología nos brinda:
En lo relativo al piloto, hoy existen tres tipos de pilotos de drone, los lanzados, aquellos que, sin conocimientos ni habilidades se aventuran en la experiencia de volar un aparato así. Los habilidosos, los que, con su destreza, son capaces de hacer maravillas con ese «chisme». Y los pilotos profesionales convencionales que vuelan naves tripuladas. León podría encabezar este apartado creando y solicitando, a través de la ULE, el primer centro de formación de pilotos de drone.
Desde mi punto de vista, no son necesarios ciertos conocimientos aeronáuticos exhaustivos porque quien mejor vuela estas naves son personas que, con una destreza habilidosa y cientos de horas de experiencia, muestran vuelos de auténticos profesionales.
Respecto a los drones, tendríamos que catalogar la tipología de cada drone, tamaño, motores, peso y, en su caso, también la matriculación de cada uno de ellos, con sus seguros y sistemática legal similar a la de aparatos de motor que hoy tienen una normativa muy desarrollada
Tambien es importante regular los espacios y permisos, cada lugar y cada escenario debería tener un moderador, una entidad institucional con sus propias normas de uso del espacio y, por lo tanto, con las regulaciones normativas correspondientes para poder volar y trabajar en esa ubicación.
Y por último quién, cómo y por qué. La regulación debería establecer prioridades según su uso y objetivo, dado que no es igual el trabajo realizado con finalidades profesionales a aquellos que se llevan a cabo con un interés particular. Y es aquí donde tenemos la obligación de defender lo que, un medio como el nuestro, puede llegar a hacer y ofrecer desde un sentido divulgativo socio-cultural.
Desde La 8 León estamos empeñados en trabajar con miras al futuro y esta tecnología nos abre nuevas y apasionantes oportunidades.
Disfrutar de una Semana Santa desde el aire y hacerlo a través de la televisión de cientos de miles de leoneses y de manera gratuita, no puede ser comparable con el uso sin medida que un particular pueda darle únicamente para vanagloriarse de esas imágenes en internet.
Sí a la regulación del uso del drone pero aportando el sentido común a la norma para que, con un máximo control, este tipo de oportunidades no priven a la sociedad de fabulosas instantáneas de sus pueblos o ciudades, aprovechando lo que hoy es, sin ninguna duda, un nuevo atractivo de promoción turística para la provincia de León. Dar la espalda a esta nueva opción audiovisual que se nos brinda es darle la espalda al futuro.
Hace unas semanas La 8 León viajó a Jordania y grabamos con el drone rincones que jamás habían sido captados de ese modo. Tuve la oportunidad de hablar con el director general de Turismo del país a quien le enseñamos las imágenes en su mismo despacho. Él mismo nos expresó dos ideas que son puro sentido común: «He visto otro país diferente a través de los ojos del drone. No puedo privar al mundo de ver lo que yo he visto».
¿Por qué no aprovechar ese sentido común también para León…?