Diario de León
León

Creado:

Actualizado:

(Mateo, 27,17-21) Y habiéndose ellos reunido, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte? ¿A Barrabás o a Jesús? Y ellos dijeron: ¡A Barrabás! —fin de la cita— Y veinte siglos después, el pueblo insiste en elegir a los bandidos cada vez que le piden opinión. Por ahí andan sueltos, difuminados entre la polución y esos tonos albinos que tomaron sus sienes como si tuvieran racionada la loción del lady grecian, sin motivo, que las cuentas corrientes orondas no justifican el abandono y el desdeño de la imagen y la higiene personal. La reencarnación de Leslie Nielsen patea las calles a hurtadillas, en un remake a caballo entre el Agárralo como puedas y Vaya un fugitivo; ocultos tras la gorra que no aclara si tienes delante al solitario o a un figurante de Mario Bros; huidizos, temerosos de la profecía que auguró que las almas saqueadas al amparo del poder podían devolverles la ostia en vez de dar los buenos días. Bajaron del coche oficial y, ya sin guardia pretoriana, alternan de madrugada en los karaokes y tugurios del centro donde nadie desearía que le atropellara la muerte con un cubata en la mano; los bandidos que el pueblo libró del patíbulo después de elegirlos para que le robaran los ahorros de toda la vida, la cartilla de la abuela, las preferentes y la hijuela se mimetizan con la normalidad por la acera; calzan deportivas de legua y media y un chándal de colegio de monjas en la ruta del colesterol clandestina que recorren en horas de nadie, recelosos de la factura de las fechorías. Barrabases que dejaron ir mientras los condenados buscaban un Simón de Cirene para hacer llevadero el calvario (si hay culpas que cargar nunca faltará la espalda de los leoneses) subsisten en sobremesas furtivas en el extrarradio y consuelan de noche a las viudas del alfoz con cantos de sirena que plagian del libro del buen amor, limitados para suplantar en 140 caracteres un perfil decente de Cirano de Bergerac. Jesús o Barrabás. El hijo de dios o los rufianes. El Gólgota fue La Lastra y la cruz, aquella ración de pisos de los amigotes de los bandidos que estuvieron a punto de pasar al pasivo de la caja. Cuánta vida enjuga la pasión cuando no tiene que ver con el deseo... Y estaban María Magdalena y la otra María, sentadas ante el sepulcro; y se reunieron los principales sacerdotes y fariseos ante Pilato; señor, nos acordamos de que aquel engañador nos dijo: a los tres días resucitaré ... (Mateo 27, 60-62).

tracking