EL MIRADOR
Son de Rubalcaba
Estaba en una cena donde había varios empresarios y me sorprendió escucharles cuáles eran sus dos principales preocupaciones políticas, al margen claro está, de la crisis económica. Todos parecían coincidir en que en el futuro inmediato hay dos sombras por despejar, Cataluña y el PSOE. Lo de Cataluña no hace falta ser un lince para comprender por qué pero que el PSOE les provoque zozobra me resultaba insólito.
La respuesta unánime que me dieron fue ésta: el PSOE siempre ha sido un partido de gobierno, pero las cosas se torcieron con Zapatero, ahora la incertidumbre es saber quién liderada a la familia socialista después de las «primarias» que el PSOE celebre el próximo mes de noviembre. Y todos sin excepción se mostraron favorables a la continuidad de Alfredo Pérez Rubalcaba. Lo que me dijeron es que con Rubalcaba saben a qué atenerse. La verdad es que me sorprendió ver a estos empresarios defender al actual secretario general del PSOE.
Unos días después estuve en un acto público donde también había varios empresarios, y me dediqué a intentar constatar si lo que había escuchado en esa cena respondía sólo al sentir de un grupito o era general. Les diré que me dijeron lo mismo, que si ellos pudieran decidir quién es el líder del PSOE se quedarían con Rubalcaba, aunque no creo que ninguno de ellos le haya votado nunca.
En todo caso que la clase empresarial confíe en Pérez Rubalcaba es mérito del líder socialista y es algo que tendrán que tener en cuenta sus competidores en caso de que se presente a unas «primarias». Creo que salvo Pedro Sánchez, que tiene una sólida base en cuestiones económicas y un discurso político propio, ni Eduardo Madina ni Carmen Chacón cuentan con mimbres suficientes para dar tranquilidad a la siempre agitada y descontenta clase empresarial. No pongo en cuestión la capacidad de Madina o Chacón, sólo que lo que trasciende de ellos provoca más incertidumbre que confianza.
En el PSOE hay un ansia de cambio evidente y en la sociedad también. Y no se trata del cambio por el cambio sino de la necesidad de un proyecto que lo encarne alguien que le dé credibilidad. Eso tampoco está al alcance de todos los candidatos. El gran temor que hay en la sociedad es que el PSOE caiga en manos de otro Zapatero, pero al mismo tiempo hay una necesidad objetiva de un nuevo liderazgo. Por lo pronto a Pérez Rubalcaba no le favorecen las encuestas pero a la chita callando hay sectores sociales que piensan que más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer o sea que prefieren a Rubalcaba. Otros sencillamente piensan que es mejor que los otros posibles candidatos. Soy de las que creen que el PSOE debería de renovarse pero los otros candidatos no deberían de hacer planes sobre la piel del oso antes de cazarlo. Rubalcaba es mucho Rubalcaba.