Editorial: Cambio de tendencia en la economía y la empresa

Una de cada cuatro empresas cerradas en España en el último año, entre el primer trimestre de 2013 y el de 2014, es de la comunidad autónoma y además León arroja las peores cifras: perdió 298 y en la actualidad tiene 12.452. El impacto del sexenio recesivo sobre el tejido empresarial de Castilla y León supuso la desaparición de casi 13.000 empresas, pero fue especialmente virulento con la provincia, que perdió tres mil de las 15.500 que tenía en 2007.

Sin embargo, tras la crudeza de estas cifras se esconden otras que invitan al optimismo, ya que en febrero empezaron a cotizar 108 nuevas actividades y en marzo otras 403, lo que en principio —y a falta de que se confirme que la tendencia es continuada— apunta a un cambio en la evolución tras la etapa más dura de la crisis económica en lo que se refiere al ritmo de destrucción de empresas. Sin duda eso tiene mucho que ver con el esfuerzo que está realizando el tejido empresarial, que sin embargo todavía necesita reformas muy importantes, como la fiscal o de las administraciones públicas, y avanzar en un proceso de internacionalización. Pero sobre todo lo que la empresa y la economía necesitan es que el crédito fluya y lo haga con mayor agilidad y además que se adelgace el exceso burocrático y normativo que en tantas ocasiones frustra la iniciativa. Es necesario diseñar un nuevo modelo económico sustentado en la innovación, la tecnología y el mercado global, pero partiendo de la convicción de que la dinámica de la crisis tiene que dejar de ser negativa ya.