CORNADA DE LOBO
El canalillo
Trae la calora estas cosas: ¡arriba faldas, abajo escotes! La calle lo dice. Es una orden del escaparate más que del termómetro, es el ansia de calor y espelote. Ropita. Ya era hora. A lucir carnes. ¡Alegría y colorín!, dijo Maripegui... y fue el esparrame.
Un escote es un balcón, una espetera, un vasar para dos copas (o un copón de grial). Y seamos claros: el escote se inventó no tanto para airear los sofocos como para robar las miradas del galán, del truhán o del mamón.
Esa es su función... la de cazar.
Y libre albedrío su uso.
El caso es que una instantánea fotográfica captó el momento en que el alcalde de Buenos Aires acudió a felicitar a una cantanta al acabar su concierto y, en el cara a cara, a una cuarta del escote, allá se le despeñaron los ojos sin poder evitarlo (¿cómo?), depositando su asombro o su voto en el canalillo, esa hucha donde las miradas ladronas son limosnas a la santa echadas ahí para que se obre algún milagro.
Fue un tic instintivo y fue un instante, pero la foto lo hace perpetuo. El lector la verá en internet; el nombre de ese alcalde es Mauricio Macri; y el de la cantante, Martina Stroessel, Violetta en el negocio del show , que era hasta ayer una nenita modosa y pinturera de la factoría Disney y, como Hanna Montana, pasó en ná de pollita a señorita barbie tiesa y descocá; tiene 17 años, va de femme fatal a lo Miley Cyrus, rompiendo también la pana, las bragas y el raso hortera con que se viste esta sexy-maripiji violetera... y como al andar caderea y con los ojos mece, no diré yo que lo sea, pero sí que lo parece .
La foto trajo su escándalo en las redes y sus rejones al alcalde (que también pone cara pánfila y risita de baba como Dustin Hoffman en Raiman ), pero si la nena se apretó escote, fue por querer enseñar... si se enseña, es por querer que se mire... si miran, hay quien se ofende (o acusa acoso)... y si no miran, también, pues el desdén puede tenerse por desprecio de género... que sí, Maricrú, que una no gasta horas y horas en probadores y maqueos para salir a la calle y que la ignoren.
Ah, el canalillo... es hucha y es urna... ¡a votar!, comenzó la campaña... pues ya sabes: En caso de duda, la más tetuda .