La campaña se hace mucho más limpia

Desde la medianoche de este pasado jueves está en marcha la campaña para las elecciones europeas del próximo 25 de mayo. Y parece que también se ha visto seriamente afectada por recortes, o al menos en cuanto al papel y al plástico empleados.

Muy atrás quedan aquellas campañas en las que literalmente se empapelaban todos los muros disponibles en las ciudades en un ingente trabajo a golpe de caldero y escoba para encolar sucesivamente capas de carteles tapando los del rival. En esta ocasión los carteles se han reducido a la mínima expresión. No se llenan los muros y se respetan los de los otros partidos porque parece que, por fortuna, escasean para todos.

Y más allá de las chanzas sobre el color pitufo de un candidato o de la cantidad de photoshop empleado en otros, lo cierto es que apenas se ven vallas publicitarias y la cartelería de plástico colgada de las farolas se ha reducido al máximo. Aquellas interminables hileras ocupando avenidas enteras parecen también cosa del pasado y en estas elecciones hay apenas grupos de media docena de los grandes partidos y de los pequeños incluso alguno en solitario, eso sí buscando la mejor farola posible.