El voraz centralismo de Valladolid

El 4 de abril los máximos representantes de la Junta, de los empresarios y de los sindicatos mayoritarios, UGT y CC OO, firmaron el Acuerdo Marco de Competitividad 2014-2020 para el desarrollo económico e industrial de Castilla y León. Se prevé, sólo para este 2014, la inversión de 475 millones. La Junta, en la comunicación pública que hizo, manifestó que este acuerdo era para incrementar la reindustrialización de la Comunidad. Se trata de la creación de una plataforma logística como centro intermodal de transporte, que lo configure como centro logístico de referencia del noroeste peninsular. Ese centro se ubicará en Valladolid y creará varios miles de puestos de trabajo. Este plan es el proyecto estrella elaborado por la Junta y el Ministerio de Fomento de España subvencionado con millonarios fondos europeos. Se trata en definitiva de la construcción del llamado Corredor Atlántico, pactado también con Portugal para la salida prioritaria de mercancías portuguesas desde Portugal hasta la frontera francesa en Irún por Salamanca, Valladolid, Palencia y Burgos.

Este plan se olvida por completo de León que siempre ha sido y sigue siendo el centro geográfico y estratégico del noroeste de España. Este plan es el arrinconamiento y la ruina económica de León en beneficio de Valladolid. Una cacicada más de Valladolid y van…… Lo que yo no entiendo es que en este plan intervenga y dé el visto bueno el propio Gobierno sin darse cuenta de las funestas consecuencias que trae para la propia España. La construcción de esta plataforma logística en Valladolid, no solamente arrincona y arruina a León, sino que arrincona y arruina a Asturias y Galicia que verán paralizados todos sus proyectos de comunicación con Europa. Esto se veía venir, ya el día 16 de julio de 2008 me publicaba una Tribuna este Diario de León con el título La autovía Braganza-León en la que con lógicos argumentos demostraba la imposibilidad de su construcción, simplemente porque no beneficiaba a Valladolid. Ahora, seis años después, aquellas apreciaciones cobran todo su valor.

Este acuerdo planificado por la Junta, los empresarios, los sindicatos y el Gobierno choca frontalmente con los programas de grandes firmas nacionales como Inditex, Mercadota, Alsa y Tradisa, que han elegido a León como centro estratégico natural y geográfico para la distribución de sus mercancías para todo el noroeste de España y norte de Portugal.

Este voraz centralismo de Valladolid es de tal magnitud que se puede considerar de auténtico desprecio al resto de las ocho provincias. Desde la formación de este engendro de autonomía, todo lo que se ha hecho ha sido buscando el progreso de Valladolid. Esta ciudad quiere ser, siempre ha querido ser, un nuevo Madrid. Desde Valladolid salen todas las autovías de nueva construcción hacia el resto de capitales de provincia de la Comunidad. En Valladolid es «obligatorio» la instalación de industrias de tecnología punta. Valladolid es principio y fin de la Autonomía. Ya lo dijo y lo está cumpliendo el todopoderoso consejero Tomás de Villanueva: lo que es bueno para Valladolid, es bueno para la autonomía. Imaginemos una familia de nueve miembros (nueve provincias tiene la autonomía) y que un miembro dijera: si yo como, comen todos.

Que la ciudad de León es el centro estratégico y geográfico más importante del noroeste de España es tan evidente que no necesita demostración. Si las empresas privadas han elegido a León es por algo. Desde León el envío a cualquier punto de Asturias o Galicia es al menos 150 kilómetros más corto que desde Valladolid. Una mercancía enviada desde la ciudad portuguesa de Oporto hasta Burgos tiene un recorrido de 100 kilómetros menos por León que por Valladolid. Si Portugal ha dado el beneplácito es porque lo que más desea es tener una vía rápida de alta capacidad para la exportación de sus productos a Europa. No va a discutir con España por 100 kilómetros más o menos.

Este plan de la Junta y del Ministerio de Fomento ha creado unas nuevas matemáticas. Antes, la distancia más corta entre dos puntos era la línea recta; ahora la distancia más corta entre dos puntos es la que pasa por Valladolid.

El aval del Gobierno de España a la Junta es muy doloroso. Esta autonomía ha sido creada para honor y gloria de la ciudad de Valladolid. Lo reconoce todo el mundo, hasta las piedras. Es un azote para buena parte de Castilla y para toda la región leonesa. Los siguientes datos lo demuestran. La provincia de Palencia está en franco retroceso económico con peores datos que el año 1983. La situación de Soria es angustiosa con menos de 100.000 habitantes, como un barrio de Valladolid; la propia capital con menos de 40.000. Pero el más grave problema está en la región leonesa. León ha perdido en los últimos 30 años 100.000 habitantes, más que ninguna otra provincia. Las cifras de Zamora son pavorosas, pues ya tiene menos de 200.000 habitantes, cifra inferior a la de 1901 cuando la población de toda España no llegaba a los 20 millones. Y si restamos la de Zamora capital, que ha triplicado su población en el siglo XX, nos encontramos que la actual población de la provincia no llega a la mitad de la de 1901. La extensión de toda la Comunidad es aproximadamente una quinta parte de toda España y su población es de 2.500.000 habitantes. La única provincia que ha progresado de las nueve de la autonomía es Valladolid. Si la población de toda España fuera proporcional a la de Castilla y León no llegaría a los 13 millones de habitantes, más o menos la población de España a comienzos del siglo XVII. Este acuerdo marco es un abuso de poder, es puro caciquismo para favorecer a Valladolid. ¿Para cuándo un nuevo acuerdo marco para el desarrollo del resto de Castilla y, sobretodo, para sacar del olvido y de la ruina a la región leonesa?