Una lista de espera diagnóstica que es excesiva e injustificable
Los pacientes leoneses tardan hasta tres meses y medio en tener un diagnóstico definitivo de algunas enfermedades de máxima prioridad. La espera tras pasar por el médico de familia es de dos meses para la primera cita con el especialista y el primer escanner se hace siete semanas después para el caso de una petición preferente. La espera media para un escanner sin contraste no preferente es de casi tres meses y con contraste la cita se pospone tres meses y medio.
La situación es todavía peor en el Hospital del Bierzo, donde en algunos casos los pacientes esperan una media de un año para someterse a una resonancia magnética y los escanner se están citando actualmente para finales de agosto.
La afirmación de estos tiempos es la respuesta sindical a los datos oficiales de lista de espera quirúrgica publicados por Sacyl, que sitúa en quince días de demora media para los pacientes con enfermedades graves.
Desde la prudencia y entendiendo que las verdades pueden ser a medias dichas desde una y otra parte, es evidente la sensación en la ciudadanía —y es testimonio en el caso de los pacientes y de los sanitarios— de que la política de recortes y la falta de personal son la causa no sólo del retraso en la realización de las pruebas diagnósticas, sino también
de que haya 6.566 leoneses en lista de espera quirúrgica, 452 más que hace un mes.
El Gobierno cifra los recortes en 5.500 millones desde 2012, correspondiendo el 42% al personal sanitario y ascendiendo a 2.300 millones de euros el ahorro en dependencia. En la actual situación económica parece inevitable racionalizar el gasto. Es la obligación de quien tiene esa responsabilidad política. Pero una cosa es ejercerla y otra llevarla al límite, e incluso alardear de ello cuando lo que está en juego la confianza en el sistema y la salud de los ciudadanos.