Diario de León
Publicado por
EMILIO GANCEDO
León

Creado:

Actualizado:

Fueron tres balas cebadas de un odio negro, sedimentado y antiquísimo las que el lunes asustaron a los mirlos y apagaron para siempre una voz.

Y fue ante todo una obsesión mimada con esmero, rodeada de toda clase de dádivas, nutrida como sólo podría hacerse con un hijo o con una extraña criatura a la que se encadena en el sótano y se alimenta a base de vísceras.

Nació probablemente pequeña e inofensiva, del roce partidario, del frufrú compañero, en pasillos y despachos, con forma de resquemor, disgusto o enfado, como ocurre tantas veces, todos los días, y aunque la inmensa mayoría perecen o son abandonadas, ésta creció robusta e implacable, carente de oídos a la razón y a todo indicio de humanidad: desmesurada, nauseabunda, la obsesión ocupó todo el espacio disponible y acabó por devorar vida y futuros. Sin duda había crecido tanto, se había hecho tan monstruosa, porque contó con las caricias de más de una fiel cuidadora, mujeres que se turnaban y jaleaban en el empeño, aberrante amor de madre, grotesco fervor de hija.

El odio amartilló ese sombrío objetivo vital —matar a, acabar con— y un insólito descerebre, un helador silencio moral, se encargó de levantar la barrera. Y volaron las balas sobre la hipérbole, muy blanca, del puente.

Todo porque les impidieron subirse al carro de los vencedores, porque vieron quedarse quieto el cordel que separa la sucia calleja del club exclusivo, esa otra más alta vida gozada por un funcionariado de enjundia y afilie que recibe sus favores tras profesar ciegas lealtades. Creyeron imperdonable que no se cumpliera en su caso la ley no escrita, propia de mafias y de sectas, que —¿soñaban, intuían, sabían?— parece regir hoy la alta política, la mezquina política. Y como los mafiosos, los vengadores y los hampones, hicieron de su hogar un comando y de su horizonte un punto de mira.

Nada habría después de apretar el gatillo. Sólo un raro nirvana, un limbo carcelario. El abandono consciente de la civilización en pro de una prehistórica, exclusivamente suya, idea de justicia.

Las vemos reír, vino en mano, en fotografías impresas. Pero ya no son ellas. Ellas sí que han abandonado el mundo.

tracking