Turrión

Turrión es una de las palabras guapas heredada de nuestras hablas cazurras (tan preñadas ellas de asturianía). Turrión suena cañón y define al tipo tozudo, cabezota y testarudo plantado en sus trece como un torreón... pero también lo es quien resiste heroico situaciones extremas.

Ignoraba yo que Pablo Iglesias, el fenómeno político del momento, se apellidara de segundo Turrión.

Soy de los que creen que, no pocas veces, el nombre o apellido predestinan, empujan para bien o para mal... y este profesor universitario con aire de rasta vallecano tocando bongos en el metro, este persuasivo polemista de acero en la palabra y seda en las formas, parecía encauzado a altas misiones ya al nacer por ponerle un Pablo encolado al apellido paterno y evocar así al fundador del socialismo español... y es que vino a nacer y educarse en una familia con largo historial de convicciones y militancias, cuna roja... lógico que el rapaz saliera revoltoso, inquieto, averiguador, crítico... y sintiéndose llamado a transformar cosas.

Es la voz más brillante del movimiento social surgido en un mayo indignado, aquella explosión acampada en el debate y que parecía haberse extinguido en lo residual o lo parroquial .

Sus ideas van por libre, sueltas, sin correa, credo o partido, y eso seduce en un tiempo en el que andan las siglas políticas con las ideas atadas y presas de sus propios errores y deshonestidades.

Desde las aceras de enfrente y en los nichos de la casta nerviosa se burlan del aspecto del nuevo Pabloiglesias diciendo que es un cruce entre Jesucristo Superstar y Conchita Wurst, sobre todo si se suelta la melena (con coleta se parece más al Cristo de Pasolini), un mesías laico para un tiempo raro, un vocinglero que cautiva con realismos imposibles y utopías mediáticas... así corre el rejón por barras y redes... y eso es miedo, han comprobado que este tipo tiene base y carisma, puede arrebatar masas... y birlárselas... por eso han empezado a crucificarlo.

En fin, el histórico Pablo Iglesias fundó en un bar el Psoe, eran cuatro gatos y mira dónde llegó, pero este Pabloiglesias no es de bares o cafés, salió a la calle (digital) y funda en las plazas. Ojo.