Más civismo

El deterioro que sufre nuestro patrimonio histórico es galopante. Y el tiempo sólo lo agudiza. La crisis, culpable de tantas cosas, también lo es de que no llegue apenas dinero para evitar la destrucción de los innumerables yacimientos y ruinas que hay por esta provincia.

Hace 22 años que se fundó Promonumenta, una organización que ya cuenta con más de 600 voluntarios y cuya implicación en la conservación monumental es crucial para que el deterioro no vaya a más. Para el presente mes y también para julio tienen ya una serie de hacenderas que contribuirán a mejorar iglesias, yacimientos, puentes... nada les es ajeno y por eso trabajo no les falta.

Tan encomiable labor me recuerda otras muchas que pueden llevarse a cabo para mejorar las cosas. Por ejemplo, ahora que parece que va a empezar el buen tiempo y con él nos animamos a salir al campo, me gustaría pedir un poco de civismo para que ese bonito prado en el que nos gusta recostarnos junto al río no quede como un solar después de nuestro paso. Las basuras que dejan los visitantes perduran mucho tiempo y no sólo afean la vista, sino también degradan el medio ambiente, especialmente los plásticos, que es lo que más prolifera y más tarda en degradarse, amén de constituir un peligro para la fauna de nuestros ríos, ya bastante degradados de por si.

Pero tampoco hace falta salir de la ciudad para pedir esto mismo a quienes pasean y les gusta solazarse en las inmediaciones de Bernesga y Torío o en La Candamia, Monte San Isidro y otras zonas de esparcimiento ciudadano. Si todos queremos ver las cosas bonitas, no las ensuciemos, porque a los demás también les gusta encontrarlas bien y no debemos privarles de ello tras nuestro paso.

No es de recibo que cada mañana del domingo a quienes les gusta levantarse pronto para pasear por una ciudad vacía se encuentren papeleras volcadas, contenedores de basura derribados, señales de tráfico rotas (con el consiguiente peligro que puede suponer esto, pues no todo el que pasa por un sitio lo conoce y puede prever el posible riesgo) por grupos juveniles que demuestran su fuerza y su poco miedo (?) haciendo éstas y otras proezas de las que deberían avergonzarse en vez de presumir de sus hazañas en las redes sociales. Un poco de civismo es necesario para que la ciudad no se convierta en una jungla.