Males y remedios

En un loable afán por reducir gastos, el Ayuntamiento de la capital ha decidido rebajar al mínimo el capítulo de pagos por reclamaciones ciudadanas por daños sufridos, que supuso en el último ejercicio el desembolso de 338.707 euros.

Hasta ahora se disparaba con pólvora del rey y si usted reclamaba porque se había caído al meter el pie en un agujero de la calle y se lo había fracturado, parece que al final el vecino herido cobraba una indemnización simplemente porque se producía silencio administrativo, al hacer mutis el departamento municipal correspondiente.

En cambio a partir de ahora, cuando se presente una reclamación por daños se abrirá un expediente en el servicio que corresponda y, cuando llegue el momento del juicio el letrado municipal tendrá en el mismo argumentos suficientes para defender al común. Vamos, lo normal y que siempre se debió hacer, pero que no se hacía.

Hasta aquí los parabienes, pero quiero dejar bien claro que si Poridad quiere ahorrarse algo, lo primero que tendría que hacer sería invertir en mejorar infraestructuras. Calzadas y aceras en mal estado son el origen de la mayoría de las reclamaciones de los vecinos, que sufren daños en sí mismos o en sus vehículos. Que se destroce un coche por caer en un socavón, o que se rompa alguien un brazo o pierna al caer porque la acera está en mal estado, se mueven las baldosas o se resbala cuando están mojadas las tapas de registros o las rayas pintadas de los pasos de peatones, son accidentes que pueden ser evitados y si no se hace debe ser responsable el Ayuntamiento.

Más de una vez he animado desde aquí a quienes sufren percances como los antes citados, a reclamar ante Poridad y creo que deben seguir haciéndolo. El Consistorio, si quiere evitar problemas, debe arreglar calzadas y aceras. Así cumple dos objetivos: adecentar la ciudad como nos merecemos todos y evitar reclamaciones por daños. No es que dejen de producirse caídas, pero sí la mayoría, propiciadas por las irregularidades del firme. Un ejemplo de arreglo a llevar a cabo ahora es el vado de entrada al lugar donde estacionan los coches de Correos, ya que los adoquines de la acera de Independencia se mueven más que un tiovivo. Si se me aduce que pasan los vehículos y propician que se muevan diré que si estuvieran bien colocados no ocurriría y que si se quiere evitar a toda costa, se ponga de cemento y así no se moverá.