Fernando geijo
Propietario y restaurador del Palacio de los Quiñones, vivió ayer un día feliz al ver convertido el hermoso edificio en Casa del Parque de Babia y Luna. Era un sueño durante veinte años acariciado.
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Propietario y restaurador del Palacio de los Quiñones, vivió ayer un día feliz al ver convertido el hermoso edificio en Casa del Parque de Babia y Luna. Era un sueño durante veinte años acariciado.