EDITORIAL: Un patrimonio valioso que exige medidas para su conservación

Quince nuevos castros hallados en La Cabrera a casi 1.200 metros exhiben imponentes obras sobre la roca a gran altitud. Inventariados ya en la Carta Arqueológica de León, su protección es obligada por el gran valor patrimonial que atesoran, pese a que se desconoce la identidad de la cultura que los construyó. Fuesen astures o romanos sus artífices, lo cierto es que los castros debieron jugar un papel importante en la construcción de los 600 kilómetros de canalizaciones que llevaron a Las Médulas el agua necesaria para extraer el oro, labor que entre finales del siglo II y principios del III empleó a entre diez mil y veinte mil personas, lo que da una idea de la extraordinaria magnitud y complejidad de la actividad.

Más todavía si se tiene en cuenta que el medio centenar de castros inventariados hasta ahora en La Cabrera —la mayoría de ellos son nuevos— atestiguan la existencia de poblaciones importantes, probablemente en los tiempos de Roma, que desarrollaban una gran actividad en esa comarca en la que ahora la explotación de la pizarra pone en peligro algunos elementos de ese nuevo patrimonio.

Los quince asentamientos descubiertos más recientemente lo fueron en el desarrollo de las tareas de inspección impulsadas por el Servicio Territorial de Cultura ante la extensión de la actividad extractiva en La Cabrera. El hallazgo de esos castros es muy importante, tanto por la abundancia de poblamientos como porque reabre una línea de investigación que había quedado oficialmente cerrada hace tiempo. El objetivo debe ser completar el inventario arqueológico, que los ayuntamientos lo incorporen a su planeamiento urbanístico y garantizar su conservación para incrementar y enriquecer sustancialmente el patrimonio arqueológico de una comarca y una provincia privilegiadas por la naturaleza y el legado histórico.