TRIBUNA
Memorable ‘Carmina Burana’ en el Auditorio
El pasado Día Europeo de la Música, la Escuela Municipal de Música de León, a través del área de las Aulas Corales, nos ofreció, un año más, un concierto de fin de curso digno de recordar, por la calidad y el arrojo desplegados en la interpretación de una de las obras cumbre del s. XX, dentro de la música coral instrumental, como es la cantata profana Carmina Burana del músico y pedagogo alemán Carl Off. El montaje de esta obra, aunque sea en su versión instrumental para dos pianos y percusión, como en este caso, es de una gran complejidad, un reto sólo al alcance de profesionales, debido a que exige un ingente esfuerzo y un variado conjunto de entendidos, y especialmente una batuta experta que acierte a conjuntar esa complejidad de la obra. Esto lo ha logrado David de la Calle, director del Coro Municipal de niños Ciudad de León. Con esta obra, este joven músico leonés ha puesto a prueba, una vez más, su profesionalidad, pues estamos ante uno de los músicos leoneses de mayor trayectoria profesional, evidenciada tanto en la dirección del conjunto «Abendmusik» (nacido en León en 1995, con el propósito de dedicarse al estudio de la música antigua), como al frente del citado coro municipal, que tiene ya en su haber un elenco de conciertos memorables y con el que ha montado obras de gran envergadura que avalan un merecido prestigio.
Pero, tanto su entrega incondicional a la música con niños y jóvenes, como su propia profesionalidad, no han sido suficientemente reconocidas y recompensadas, debido a que las instituciones locales -a semejanza de las nacionales- no se muestran generalmente dispuestas a apoyar incondicionalmente y hasta el final proyectos culturales y sociales como los emprendidos por este músico, y quizás también a que el público leonés —como en general el español— no posee aún ese nivel de cultura musical suficiente que obligue a los políticos responsables a emprender proyectos musicales serios, y eso teniendo en cuenta que los leoneses están mostrando, cada vez más, un mayor interés por la música.
Volviendo al «Carmina Burana», estamos ante una obra que seduce, entre otros aspectos, por su gran atractivo y encanto musicales, por la frescura de sus cantos populares y su inmensa belleza polirrítmica (que puede poner en aprietos a cualquier director); por ello, es una de las obras más interpretadas. David de la Calle demostró aquí, una vez más, su maestría, su buen hacer y toda su profesionalidad como director, lo cual fue reconocido por un público que llenó el Auditorio Ciudad de León y aplaudió con fervor a todos sus intérpretes: los tres solistas vocales, los dos pianistas y los cinco percusionistas, así como al gran coro de más de cien voces, formado por el Coro de Niños Ciudad de Leó, Coro Ordoño II y Alio Modo Vocal. Todos ellos fueron justamente ovacionados por su espléndida labor con David de la Calle al frente.
Sin duda, este concierto ha sido un broche de oro a la ingente labor de las Aulas Corales municipales que, desde hace muchos años, vienen enriqueciendo la vida musical y cultural leonesa, como uno de los mejores proyectos que se pueden llevar a cabo con niños y jóvenes. De ellas están saliendo músicos que llevan por doquier el nombre de León. Esperemos, pues, que los recortes culturales no lleguen a empañar esta gran labor, ejemplo de su género en España, y que el Ayuntamiento de León apueste firmemente por este proyecto e, incluso, lo profundice y lo amplifique, entre otros aspectos como una oportunidad de trabajo para algunos jóvenes leoneses.
Por otra parte, parece obvio señalar que el ingente esfuerzo de un concierto como éste se vea compensado solamente con una actuación, que no se aproveche para disfrutarlo en diversas ciudades, como Ponferrada y otras de nuestra extensa Comunidad. ¿No influirá en ello la falta del suficiente apoyo institucional al que aludíamos antes? También es conveniente dar a conocer que éste, como otros muchos conciertos en nuestra ciudad, son posibles casi únicamente a la buena disposición de los participantes que, a pesar de su reconocido prestigio, actúan desinteresadamente, por la amistad con el director, lo cual es lamentable y un buen indicador de la falta de un serio compromiso de las autoridades en el campo de la música y la cultura.
Finalmente, como hemos señalado en diversas ocasiones y en este mismo espacio periodístico, la ciudad de León cuenta con una amplia variedad de actividades musicales, unas más o menos continuadas y otras esporádicas, provenientes tanto del Conservatorio de Música, como del Coro Ángel Barja y la Orquesta de Juventudes Musicales-Universidad de León, del Festival Internacional de Órgano Catedral de León y del Festival de Música Española, de la Fundación Eutherpe, de los diversos Coros de la Ciudad, de la Orquesta Ciudad de León Odón Alonso, etcétera. De todas estas actividades podría nutrirse, más a menudo, el Auditorio Ciudad de León, venido a menos en los últimos años, por falta de presupuesto y —a mi juicio— principalmente porque no nació de un proyecto sensato, sino del excesivo personalismo de las instituciones locales, en lugar de haber creado, entonces, un Patronato que aunara las entidades leonesas con mayor capacidad de apoyo económico y que se responsabilizara del funcionamiento del Auditorio. Aún es tiempo de llevarlo a cabo, pero ello exige una visión más amplia de las cosas, una visión de futuro que es de unidad (lo que no puede hacer uno solo, lo pueden varios), y un mayor sentido de responsabilidad de las citadas instituciones.