Diario de León
Publicado por
MARÍA J. MUÑIZ
León

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Otro verano caliente para la minería. Y van... Cada vez menos caliente, porque cada vez hay menos minería. Y a esta agonía (que no es lenta, sino que se acelera vertiginosamente) se ha resignado el sector, pero ¿debe aguantar también la burla y el desprecio? Parece que igualmente aquí hay no poca resignación, porque por lo bajini todos los implicados muestran indignación y señalan con el dedo; pero ninguno se atreve a dar la cara. El Gobierno impone mucho. Y no se toma bien las críticas, así que a callar.

El resultado de tantos paños calientes es la desaparición de un plumazo del cumplimiento de cuantas obligaciones, ya bien mermadas y mutiladas sobre el papel, se habían adquirido con el sector. Aderezadas con una pátina de desfachatez que debería sonrojar a los cargos públicos.

Hace unos días el secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, señalaba sin empacho que las ayudas al funcionamiento que corresponden a este año (que deberían haberse cobrado ya en parte, y que ni siquiera se han convocado) estaban retrasándose a la espera de que algunas de las compañías en mineras abandonara su situación concursal para poder acceder a ellas. Difícil ecuación, ya que sus deudas apenas podrían enjugarse con estos pagos, que además retornarán por la vía rápida a las arcas públicas a través del cobro preferente de los acreedores de la Administración. Desde entonces lo que ha pasado es que una de las empresas en concurso ha pasado ya a fase de liquidación. Las que aún pueden mal que bien cobrar, siguen esperando. Pronto entrarán en concurso y así no habrá nada que sea necesario repartir.

Mientras, las térmicas de brazos cruzados. Las mineras no producen carbón porque las eléctricas se niegan a comprárselo, como obliga el real decreto de restricciones. Las eléctricas no compran porque el sistema eléctrico no mete esta energía, que según el mismo decreto debía entrar en la base, como la eólica o la hidráulica, haya o no otras fuentes con preferencia. La norma que estableció el Ejecutivo se incumple por aquí y por allá y quien tiene la capacidad de tomar cartas en el asunto (él mismo) también mira para otro lado en esto. El resultado es pérdidas y desempleo en las mineras, y millonarias pérdidas también en las eléctricas.

Y el Plan del Carbón durmiendo el sueño de los justos desde hace diez meses. Ni un cumplimiento, ni una respuesta. Ilegalidad manifiesta e impune. Enfrente, sólo impotencia.

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