Diario de León
Publicado por
PEDRO TRAPIELLO
León

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Turbidez... es lo peor que puede pasarle al agua, que esté turbia, fosca, invitando a sospechar en ella lodos, ponzoñas o cólicos.

Es evidente que las aguas nacionales bajan turbias desde hace tiempo... tanto, que se nos hizo eterno ya al primer año y aquí seguimos sin salir de los dineros turbios, los recortes claros y el chocolate espeso, muy espeso.

Pero ya tiene España su Ley de Transparencia ... ¡cuánta decencia!

Cuando voy por ahí, recelo de los sitios o países cuyos ríos bajan con aguas canosas, negras, barradas... Esta tierra empieza a estar en ese club: ríos ayer cristalinos bajan hoy foscos, lo turbio acampa en la corriente... y lo corriente en esta vida pública es lo turbio.

Pero ya tiene España su Ley de Transparencia ... ¡cuánta elocuencia!

Aprobaron los partidos en Cortes esa ley sin decir ni mea culpa , al contrario... pero las finanzas de los partidos son también ríos turbios de afluentes que desaparecen como Guadianas... aunque el correr de sus dineros lo vigila un Tribunal de Cuentas que nombran los propios partidos... mira qué bien.

Pero ya tiene España su Ley de Transparencia ... ¡cuánta avenencia!

Dicen los mentideros que el nombre del ex-ecónomo diocesano de Astorga y número dos de las finanzas vaticanas (añaden que está cesado y fuera de la renovación inminente impulsada por el papa) sale a relucir en los líos de Bárcenas a causa de una fianza que aportó su cuñada astorgana y cuyo origen estaría en unos fondos sicav en los que aparece este señor cura ... ¿quién duda de que el caso Bárcenas extiende su turbidez ad infinitum ?...

Pero ya tiene España su Ley de Transparencia ... ¡cuánta eminencia!

Esta ley se aprobó en 2013 para tener claras y coram pópuli las cuentas de administraciones públicas, reyes, partidos, sindicatos o iglesias... pero a condición de que no entrara en vigor hasta diciembre de 2014... ¿y eso?... lagarto... ¿quién convencerá ahora a este pueblo expoliado de que no se dieron los políticos este año de plazo para poder destruir pruebas, maquear números o vestir santos?... seguro que algunos saldrán tan limpios, que diremos ¡milagro, milagro, no les hacía falta esa ley!

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