Eficacia recaudadora frente a una morosidad injustificable

El Servicio de Recaudación del Ayuntamiento de León acumula impagos de los ciudadanos por importe de casi 22 millones de euros que corresponden a impuestos, tasas y precios públicos de todo tipo de servicios. El Impuesto de Bienes Inmuebles supone más de un tercio de esa deuda (7,7 millones), a la que contribuye de manera significativa el Impuesto de Actividades Económicas, con algo más de tres millones de euros pedientes de cobro. Pero de las cifras del informe de morosidad llama especialmente la atención la de los casi 5,3 millones de euros que suman los impagos acumulados por multas de circulación, estacionamiento, etcétera, con una contribución especiel, entrando ya en el terreno de los anecdótico, por parte de un único ciudadano que adeuda nada menos 28.000 euros por este concepto entre las multas, los recargos y los intereses de mora.

Al margen de cualquier interpretación sobre el celo recaudador por este actividad del actual gobierno municipal —acaba de instalar cuatro fotos rojo y tres posiciones de radar fijo, el radar móvil es especialmente activo y la vigilancia de la ORA cada vez más intensa—, el dato objetivo de la previsión de cinco millones de euros de ingresos en los presupuestos municipales de este año es muy significativo de su importancia en las cuentas.

Pero frente a esa realidad hay otra que va más allá de lo anecdótico y que revela, por ejemplo, que sólo una empresa, Antibióticos, adeuda más de 3,2 millones entre IBI e IAE en una situación que raya la desvergüenza por la actitud de sus últimos gestores. Y eso pese a la contrastada eficacia de la recaudación por vía ejecutiva, que pasó de 4,5 millones en 2010, a 9,5 en 2012 y 8,5 el año pasado. La crisis está en buena medida detrás de esta morosidad, pero aun discerniendo las situaciones de especial consideración, es justo que todo ciudadano contribuya en la medida que le corresponda.