EDITORIAL: Un plan urgente, razonable y de futuro para el Emperador
El Ministerio de Cultura, a través del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música (Inaem), acaba de encargar un estudio de público para analizar la viabilidad de la reapertura del teatro Emperador, que permanece cerrado desde que a finales de 2006 pusiese fin a cincuenta y cinco años de programación cinematográfica, teatral y musical con la proyección de Cinema Paraíso .
El enojo social por el cierre al que precedió la presencia de un enorme crespón negro colgado en la fachada por los trabajadores fue aplacado por el anuncio en 2008 del Gobierno de Zapatero de convertirlo en Centro Nacional de las Artes Escénicas y Músicas Históricas. El Ministerio de Fomento lo adquirió por 4,5 millones y el de Cultura encargó un plan de rehabilitación que supondría otros 7,1 millones de inversión. Nunca llegó a concretarse. Es más, nunca llegó a conocerse el proyecto que supuestamente había desarrollado Peridis.
La crisis convirtió en inviable cualquier plan de ese tipo y finalmente el pasado 10 de abril, ocho años después de caer el telón, se anunciaba su venta con un precio de salida de 3,7 millones. El fallido intento de subasta dejó a Cultura en la difícil tesitura de rebajar el precio o plantearse su rehabilitación para frenar el deterioro, como ya se hizo con la fachada por razones de seguridad. Y en esas está, porque al margen de que finalmente tome o no una decisión que parece clara, lo más razonable es que el Emperador, ahora definitivamente bajo el paraguas del Ministerio de Cultura, pueda contar con una programación puntual, estable, específica y dirigida por los responsables ministeriales. Siempre fue, desde su apertura el 22 de septiembre de 1951 con el espectáculo de revista Sueños de Viena , el mejor exponente de la cultura leonesa. También de la vida social de la ciudad. Y lo mejor que puede ocurrir es que vuelva a serlo.