Cerrar
León

Creado:

Actualizado:

Terminó de despertar la inocencia aquel día que se enteró de que un alcalde empleaba fondos contra el desempleo para arreglar contratos que sólo tenían por actividad el cierre y vallado de las fincas del regidor. Chamullos. En el ser del fraude se implicaron líneas avanzadas de dos de las tres administraciones con competencias en el control de los desmanes de la política local. La cosa no pasó a mayores porque, según confesó la acusación particular, había demasiados peces gordos implicados. Pez gordo en León, a parte de los barbos, es eufemismo de cacique. Cacique, que nunca dejó su acepción principal, por mucho que una marca registrada pasara su época dorada en la barra de verbenas y fiestas patronales. La inocencia ya olía a podrido cuando descubrió que otro, que no pudo ni llegar a alcalde (salvo con la esencia del zapaterismo, todo lo que se puede pedir a un político es que al menos gane la vuelta de su pueblo antes de aspirar al Tour) revolvió en las cuentas del concejo para financiar un vehículo todoterreno; segmento apropiado cuando hay que campear elevado de la chusma y el vulgo. Es el principio de todo círculo vicioso que vino a desentrañar la canción detallista con la relación del poder y el jefe, que es jefe porque va a caballo. Un análisis con una pizca de crítica terminaría por liquidar en las urnas o en los juzgados el hampa que reside bajo los pilares de la que se tenía por la estructura pionera en democracia e igualdad social entre todas las formas de poder. Si se ojea, y hojea, el libro de contratas posibles con los cinco últimos planes de reactivación de zonas mineras se puede contrastar con rubor que el penúltimo sirvió para cambiar las farolas que se habían renovado en el primero, de acuerdo con la tendencia. El INE, sin embargo, cuestiona el resultado, con menos gente, menos empleo, menos actividad. Eso se multiplica por áreas de acción (forestal, demaniales, concentración parcelaria) en las que interviene un cacique y el resultado es conocido. Algo debía de saber el ministro Montoro cuando en un plan global de Hacienda (Hacienda lo sabe todo) contra la mala praxis política diseñó cómo llevarse por delante todo lo institucional donde los billetes de 500 euros anduvieran al mismo albedrío que los jabalíes. Alguna razón le asistiría al ministro en aquel empeño inusitado, que sólo pudo llegar en la purga hasta donde le permitió el sistema inmunológico.

Cargando contenidos...