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TRIBUNA

León ¿tienes alguna idea de adónde vas?

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La creación de los chiringuitos autonómicos, que llevan el nombre de comunidades autónomas es un cáncer mortal que está arruinando economicamente a España y acabará por destruir el Estado. Las autonomías son de por sí perversas ya que la Constitución ha permitido la creación de 17 entes asimétricos, entendiéndose por asimetría la falta de proporción adecuada de las partes de un todo entre sí y con el todo mismo. Asimismo las autonomías no son democráticas porque no son transparentes y la democracia es transparencia. Esta falsa democracia nace con la Constitución española por tener artículos contradictorios entre sí. Por ejemplo, el artículo 14 dice «los españoles somos iguales ante la ley». Sin embargo el artículo 2 «reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que integran la Nación Española».

En ninguno de sus artículos explica las diferencias entre nacionalidades y regiones, pero las diferencias son admitidas por la Constitución, provocando contradicciones en su articulado. Los entendidos dicen que las nacionalidades son Cataluña, País Vasco y Galicia. La Constitución debería explicar los motivos por los que Cataluña es una nacionalidad y no es Aragón; por qué el País Vasco es una nacionalidad y no es Castilla. Asimismo por qué Galicia es una nacionalidad y Asturias o León no lo son. Las regiones nombradas en segundo lugar tienen mucha más historia que las nombradas en primer lugar.

Como consecuencia de esas diferencias, los nacionalismos están llegando en sus peticiones a límites demenciales. Como muestra de la falsa democracia que padecemos, hay otro fallo más aberrante todavía: la creación de la autonomía llamada de Castilla y León.

Esta autonomía no tiene cabida en la Constitución ya que Castilla y León nunca fue un reino ni tampoco una región. Aunque la región leonesa figura en el nombre de la autonomía, no tiene ninguna competencia ni poder alguno de decisión y de Castilla sólo está una parte de ella. Faltan las provincias de Logroño y Santander que siempre han sido provincias nucleares de Castilla. No se entiende, con la Constitución en la mano, que esas dos provincias castellanas hayan obtenido su propia autonomía uniprovincial si ni siquiera la habían pedido ni deseado. Conocí varios empresarios riojanos y estaban asustados ante la creación de la autonomía uniprovincial de La Rioja. Conocí también a muchos santanderinos, incluídos varios miembros del Partido Regionalista Cántabro, que me aseguraron que el pueblo santanderino quería una autonomía con las provincias de la región de Castilla La Vieja.

Llamar región a los territorios conjuntos de León y Castilla es un ataque a la Historia y una afrenta a las leyendas castellanas, que siempre odiaron a León. No es posible encontrar un solo documento que lo demuestre; en cambio, hay cientos de documentos que demuestran lo contrario, que León es una región y Castilla otra bien distinta. Durante siglos Castilla formó parte del Reino de León, pero siempre en contra de la voluntad de los castellanos. El propio cronista medieval Sampiro dijo que los castellanos querían independizarse de León porque ellos se consideraban una raza superior. A partir del año 1157, cuando Castilla obtiene la independencia del Reino de León, Castilla nunca quiso saber nada de León, o mejor dicho, intentó destruirlo. Alfonso VIII lo intentó en repetidas ocasiones sin conseguirlo. El año 1230, el Rey de Castilla, Fernando III el Santo (que era leonés) hereda de su padre Alfonso IX el Reino de León. Intentó unir ambos reinos en uno solo sin conseguirlo. No consiguió unificar las leyes que regían en León y en el Reino de Toledo a pesar de crear nuevas leyes él y su hijo Alfonso X. por eso, hasta comienzos del siglo XV no consiguieron que las Cortes de León y las Cortes de Castilla se celebraran juntas porque Castilla nunca quiso por miedo a que los diputados leoneses, más numerosos que los castellanos, aprobaran leyes que les pudieran perjudicar. Así lo cuentan barios cronistas medievales.

Hasta 1833 España era una nación compuesta de varios reinos, entre ellos, los reinos de León y de Castilla. A partir de ese año, el ministro Javier de Burgos crea la nueva división administrativa con la formación de las actuales provincias. Esas provincias formaron las regiones. Del Reino de León se formaron las regiones de Asturias, Extremadura, Galicia y León. Del Reino de Castilla se formaron las regiones de Castilla La Vieja y las Vascongadas. Esta es la realidad histórica. Si, como cuentan algunos «historiadores», el Reino de León se hubiera integrado en Castilla, habría sido al completo, es decir: Asturias, Extremadura, Galicia y León hubieran sido castellanas ¿Cómo se explica que solamente le región leonesa se integrara en Castilla y las demás regiones no? El que tenga pruebas de ello, que las enseñe.

Manipulaciones aparte, la formación de la mal llamada autonomía de Castilla y León, debería llamarse de Valladolid y sus Colonias, ha sigo un diabólico engendro ideado por políticos con el único fin de favorecer a Valladolid. Si echaron a las provincias de Logroño y Santander fue debido a que una autonomía con las 11 provincias castellanas y leonesas, Valladolid no habría podido ser la capital, habría sido Burgos. Los políticos que idearon este plan lo planificaron bien y les ha salido perfecto, las pruebas son más que evidentes: la única provincia que ha progresado de las nueve que componen la autonomía es Valladolid, especialmente la capital. Valladolid se ha apropiado de lo que han perdido el resto de las provincias, casi nada

León ¿tienes idea de adónde vas? De seguir en este diabólico engendro autonómico estás destinado a desaparecer. Ya el año 2010 la Junta te hizo desaparecer de la Historia al afirmar que tu Reino era parte de la Corona de Castilla cuando ésta aún no existía. Ahora, la Junta está creando trampas mortales para tu desaparición como pueblo, como región y como provincia. Una de esas trampas es el plan por el que poco a poco quieren hacer desaparecer las juntas vecinales y así poder ellos gestionar el codiciado recurso del agua Lo más indignante es comprobar que esta autonomía se mantiene porque tiene cómplices interesados especialmente en León, cómplices ciegos que no quieren ver, sordos que no quieren oír.

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