Todavía con la resaca europea

Si el anterior curso político acabó bajo el influjo de la sacudida electoral de los pasados comicios europeos, el paréntesis estival, excepción hecha del cambio de líder en el PSOE, no ha contribuido a despejar ninguna de las incertidumbres abiertas el pasado 25 de mayo. La resaca europea sigue prolongándose y de ello puedan dar fé dos de las fuerzas políticas, IU y UPyD, que supuestamente habían salido airosas de esa cita electoral. La primera se desploma por momentos en las encuestas, víctima del efecto «Podemos», que se sitúa ya como la tercera fuerza electoral en expectativa de voto. Y al partido de Rosa Díez, asimismo a la baja en los sondeos, le ha salido un serio grano interno en la actitud disidente de su eurodiputado Sosa Wagner, partidario de llegar a una alianza electoral como Ciudadanos.

Pero con la vista puesta en las elecciones locales y autonómicas de mayo, el factor que altera cualquier previsión es el propósito del PP de modificar la ley electoral municipal para favorecer la elección directa del candidato mas votado. Un nuevo método que impediría las alianzas poselectorales entre distintas fuerzas políticas para formar mayorías de gobierno municipal, tal como ha venido sucediendo desde 1979. Por mas que quiera disfrazarla de «regeneración democrática», es evidente que mediante dicha reforma el PP trata de poner a salvo de dichos pactos un buen número de ayuntamientos —sin ir más lejos, las siete capitales de provincia que gobierna en Castilla y León— en los que corre riesgo su actual mayoría absoluta.

A expensas de esa reforma —que lógicamente va poner en pie de guerra a toda la oposición, que la califica poco menos que de «pucherazo»— resulta imposible hacer cualquier cábala sobre el futuro mapa político municipal. Como no sea que la del PP consiga Alcaldías con las que ahora no cuenta, al tiempo que por el contrario pueda perder alguna que otra Diputación provincial…

Entretanto, a menos de nueve meses de la cita con las urnas, ni PP ni PSOE han despejado su cabeza de cartel a las próximas elecciones autonómicas de Castilla y León. El cartel socialista se desvelará el 4 de octubre, fecha en la que la militancia socialista está convocada a elegir su nuevo líder en la comunidad, en lo que se perfila como un mano a mano entre el burgalés Luis Tudanca y el palentino Julio Villarrubia. Aunque la candidatura a la presidencia de la Junta deberá someterse a un posterior proceso de primarias, es obvio que el nuevo secretario general será refrendado como cabeza de cartel.

Harina de otro costal es lo del PP, donde Juan Vicente Herrera sigue de momento sin anunciar públicamente si, tras 14 años en el cargo, concurrirá a un nuevo mandato o dejará paso a un nuevo candidato.