EDITORIAL
Actitudes que hacen mucho daño a la política
El sistema político español vive en estos momentos una etapa de excesivas dudas. La suma de una serie de problemas como la crisis o la corrupción han llevado a que una parte importante de la sociedad cuestione muchos de sus aspectos. Lo cierto es que urge una regeneración. Eso es compartido por una inmensa mayoría de la ciudadanía, precisamente para evitar cualquier riesgo de éxito de quienes tienen poco apego hacia la democracia.
Y en ese contexto parece fuera de lugar el mensaje del líder de Ugal-UPA que tras abandonar las filas del PSOE ahora plantea algo así como una subasta pública para que los partidos interesados pujen por hacer un hueco en sus candidaturas para las próximas municipales a los cargos que le siguieron y que abandonaron las siglas por las que fueron elegidos en 2011, las socialistas, sin que ninguno se pensase siquiera la posibilidad de devolver el acta a la formación que fue votada por los ciudadanos.
Hay actitudes que hacen mucho daño al sistema y a la política, y una de ellas es transmitir a la sociedad que en realidad todo vale con tal de conseguir mantenerse en el sillón. Que no hay ideologías, ni tendencias, ni objetivos políticos... que todo es posible y que al final la decisión sobre cuáles son las siglas elegidas se basa en la mejor oferta recibida.
Matías Llorente se equivoca con ese planteamiento. Probablemente le seguirán cientos de votantes. Pero son ellos quienes se merecen algo mejor que este mercadeo.