EDITORIAL: Viviendas embargadas, al mejor postor

Los Juzgados de León tienen señaladas más de 200 subastas de pisos y fincas en los próximos tres meses, cuyo valor conjunto supera los 50 millones de euros. La hipoteca fue impagada, el banco embargó la propiedad, después salió a subasta por el valor de la deuda y ahora se va a entregar en una puja pública. Probablemente el sueño de una vida hecho trizas. Es mucho patrimonio para tratarse del fin de la crisis, porque desde el año 2007 los jueces ya han tramitado más de 2.000 ejecuciones hipotecarias en León.

En otra época, estas subastas traerían cola, pero hoy no son buenos tiempos para los subasteros. Lo más probable es que la mayoría de estas convocatorias queden desiertas. Los inversores o apostadores no son capaces de vender los pisos que fueron acumulando en los primeros años de la crisis y los bancos centran el negocio en sus propios inmuebles, por lo que pocas carteras se pueden permitir desembolsar en dinero contante y sonante la quinta parte del precio de salida para participar en la subasta. Paradójicamente, lo habitual es que la falta de demanda vuelva a dejar la vivienda en manos de los bancos por una interesante cantidad, casi siempre por debajo del valor actual del mercado.

Cuando todavía colean las bolsas de viviendas y fincas embargadas, los datos del sector de la construcción revelan un tímido repunte en la provincia de León: la previsión es cerrar el año con el visado de 200 nuevos proyectos.