Se va a armar la Mundial

Ponferrada se llevó ayer buena parte del protagonismo político en la provincia a cuenta del Día de la Encina, pero la situación ni es nueva ni tampoco insólita. Este protagonismo incluso va un poco más allá de las fronteras leonesas por lo leído en las recientes entrevistas publicadas por este periódico con los dos aspirantes a liderar el PSOE en Castilla y León. En medio de todos los mensajes en favor de la regeneración, de ganarse la calle y tantos tópicos que al final no conducen a nada figuraba un punto de abierta divergencia. Tudanca pasaba de puntillas sobre el problema generado en Ponferrada por la moción de censura, pero a Villarrubia no le dolían prendas y afirmaba con rotundidad que Samuel Folgueral no puede volver a una lista del PSOE. Tanta contundencia en medio de tanta prudencia no sorprende si se tiene en cuenta que la operación Ponferrada apartó directamente a Óscar López de cualquier futuro político en primera línea y que sin aquella moción a la que dio luz verde a lo mejor hoy estábamos hablado no de un Sánchez como jefe de Ferraz quizás sería un López.

Y el protagonismo de la capital berciana que ahora llegará a su culmen deportivo con el Mundial no se perderá después. Tras lo deportivo vendrá lo político. En el PSOE puede pasar cualquier y en el PP los codazos no han hecho más que empezar para hacerse un hueco en una lista en la que lo más factible es lo del borrón y cuenta nueva.

El partido judicial de Ponferrada suele clave para decidir la Diputación y es previsible que acapare muchas batallas en unos y otros, aunque en el PP hay quien aventura que los pesos pesados y los medios están dispuesto a seguir a lo suyo por aquello de no pisarse la manguera y repartirse las parcelas sin abrir guerras con consecuencias imprevisibles. Así las cosas parece que lo que era interinidad en cargos a los que se llegó como personas de confianza de la antigua presidenta del partido y de la Diputación puede convertirse en continuidad porque nadie va a entrar en guerras que a los ojos de Valladolid y Madrid serían muy mal vistas. Eso sí cada junta comarcal librará sus batallas internas pero a nivel provincial cada uno prefiere defender su parcela. Y mientras, en Ponferrada es probable que se arme la Mundial y tras los pedales empiecen los demarrajes contrarreloj.