EDITORIAL: Motor en Cubillos, clave para el Bierzo

La industria del vidrio se convirtió en uno de los grandes motores económicos del Bierzo durante la década de los noventa. Con una minería que iba mermando de año en año empezaron a surgir alternativas industriales interesantes centradas en campos como el metal, la industria eólica o el vidrio. Fueron tiempos muy positivos para la comarca que incluso se vio necesitada de más suelo industrial por lo que surgieron los polos de La Llanada en el Montearenas y, cuando éste se vio saturado, el llamado macropolígono de El Bayo en Cubillos del Sil. Pero la crisis, el cambio de propiedad en Cristalglass y la paralización de las subvenciones a las renovables provocaron un drástico frenazo y una dramática pérdida de puestos de trabajo.

De las cenizas de Cristalglass y de la mano de la familia Prado —sus promotores originales— está creciendo un proyecto industrial centrado de nuevo en el vidrio que es hoy el eje del polígono de El Bayo y una de las grandes esperanzas para la comarca. Hace unos meses la compañía Tvitec estrenó un horno puntero en Europa y ahora consolida su expansión internacional con la adquisición de una factoría en Oporto, una apuesta por el crecimiento que comenzó hace unos meses con la toma del control de Cristalería Soler. En estos momentos Tvitec dispone de 110.000 metros cuadrados de superficie industrial dedicada a la producción de vidrio de alta calidad y su nivel de facturación alcanzó los 44 millones el año pasado, con un volumen de penetración en el exterior que se cifra en un 60% del total de su negocio.

El Bierzo necesita este tipo de iniciativas industriales porque aunque es cierto que la producción agroalimentaria y el turismo rural están dando pasos fundamentales en los últimos tiempos, también hace falta que el sector secundario se haga presente por su gran capacidad a la hora de generar puestos de trabajo.