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Publicado por
ALFONSO GARCÍA
León

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Llevo conmigo una libreta donde anoto lo que llamo «Pequeños pensamientos». Quizá sea un poco pretencioso. Me dan ganas de dejarlo, también con reservas, en ocurrencias. La mayor parte, en este caso, ajenas. Puede que a algunos les sirvan. O diviertan. O enojen, pero ya se sabe, quien no tiene enemigos no es nadie. Hay que tener enemigos hasta en el infierno. Leí esta definición de Norbert Elias: «La política es un combate para definir el bien común». Como hoy tiene más de combate que de búsqueda del bien común, urgen en el panorama la presencia de una seria política regeneracionista. «El triunfo del capitalismo ha firmado la sentencia de muerte de lo político y la política en provecho de un puro y simple elogio de la técnica de administración de los hombres y los bienes». Lo escribe Michel Onfray en Política del rebelde. Tratado de resistencia e insumisión . Para pensar muy en serio. ¿Será verdad que el votante se ha convertido en un mero espectador y consumidor? Les recomiendo las reflexiones de Raúl Eguizábal en su libro El estado del malestar. Capitalismo tecnológico y poder sentimental . Si es así —desde luego, se parece—, resulta muy preocupante. Estoy convencido, por si quedan dudas, de que el Parlamento es sagrado si quienes lo habitan no lo profanan.

Cambio de tercio. Les dejo con cinco escritores. Eduardo Galeano: «Ojalá podamos ser desobedientes, cada vez que recibamos órdenes que humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido común». «Los pobres —se lo oí al hondureño Sosa— pueden llevar a hombros el féretro de una estrella». «El sentimentalismo —la mexicana Elena Paniotowska citaba a su novelada Leonora Carrington— es una forma de cansancio». El poeta Bertolt Brech dejó escrito: «Hay hombres que luchan un día y son buenos, hay otros que luchan años y son mejores, pero hay hombres que luchan toda la vida, esos son los indispensables». «Eso de sentirse raro entre tantos normales en el fondo es cosa buena, al fin y al cabo, como te excluyen, tampoco te molestan más de la cuenta». Lo escribió Alfredo Álvarez en Las dos vidas de Isabel Tascón . Abre los ojos.

Como aún es tiempo de hacer camino al andar, tan machadiano, queden dos apuntes de la metáfora que encierran. Porque con frecuencia los caminos hay que hacerlos, trazarlos. O desbrozarlos, que no es poco; añade, además, la experiencia enriquecedora de la incertidumbre. Por eso desandar los caminos suele ser una actitud de sabios y emprendedores. Y es que la espera puede hacerse dolorosa cuando está marcada por la inquietud, la duda o la esperanza sin fundamento.

Quédense con esta perla para acabar. Hablan del urogallo y de su peligro de extinción. Uno de esos tertulianos infalibles y sabios de todos los saberes zanjó el tema de esta manera tan sentenciosa y apocalíptica: «Los uruguayos no dejan de ser unas simples gallinas». Amén.

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