Diario de León
Publicado por
CAMINO GALLEGO
León

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Tal vez porque nos estamos acercando al 2 de noviembre —Día de todos los difuntos— este año hemos tenido el prólogo de los gusanos en la sopa. Ya dejaba entrever en mi última columna que todo terminaría en una multa como mucho, porque de inspección, nada.

En la Junta primero dijeron que había que esperar a las investigaciones. Luego cuando fueron a investigar no quedaba ni una cucharada del cuerpo del delito, así que la investigación sin pruebas palpables estaba claro que no iba a ser muy concienzuda. Más tarde se habla de determinar si hubo negligencia o accidente. Los gusanos no se metieron solos en la sopa, cubrieron los ochocientos y pico kilómetros desde Málaga y aterrizaron en las barquetas de los niños para que se nutrieran. Como no se cayeron de golpe en la olla, digamos que se concluye que no fue un accidente, sino una negligencia. ¿De quién? Está claro que la trazabilidad (la trayectoria seguida por la pasta de lluvia de la sopa) puede llevarnos hasta la empresa zaragozana que vendió la pasta. Pero luego nadie se dio cuenta en Málaga. Ni al abrir los paquetes, ni al echarla en el caldo, ni al pasarla a los envases donde se transporta. Ni al calentarla ya en León (bueno parece que en dos colegios se dieron cuenta en este momento), ni al servirla en las barquetas... (cuatro colegios dicen que fue en ese momento cuando lo vieron). ¿Quién miente, si los niños vieron los gusanos en el plato y alguno más hambriento llegó a comer sopa?

Como sólo fueron unos gusanos y no supusieron «riesgo para la salud», la empresa se quedará con un tirón de orejas y una multa que como máximo será de 12.120 euros por los cinco casos de León y la misma cantidad por el caso de Segovia. Digo yo que si en León eran cinco colegios la cuantía debía multiplicarse por cinco, pero parece que no quieren hacer sangre.

Se me ocurre que la Junta no debe ser la beneficiaria de que un montón de niños se quedaran sin primer plato el pasado 9 de octubre. Así que el dinero de la multa debe ser para los damnificados. Lo más justo sería que ese dinero cubriera la parte que los padres de esos niños tienen que pagar por el comedor. Tal vez les llegue para dos o tres meses. Después de esto espero que todos estén más vigilantes, porque si no ha ocurrido nada grave no ha sido por el celo oficial, sino porque los gusanos son inocuos, aunque desagradables.

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