De la Unión

T ienen la directa puesta y vamos a ello: ser el estado 51 de la Unión... o estado asociado... o franquicia estaounidense... o sea, Ex-paña.

La americanización de gustos y costumbres empezó a lo bobo con Doris Day, siguió con teleseries de playas rosas o adolescentes fucsia y acaba en un Halloween por todo lo alto que hoy ya organiza hasta el ayuntamiento de Navacaliente de la Sobabajo.

Vuelven ahora a colonizarnos con un nuevo festorrillo de feriante, el Black Friday, que diríamos Viernes Negro si no fuera que ese día y ese color son lo más sagrado para el musulmán rabiado que aterra a degüello con yihad (algo de terror consumista tiene también esta jornada de rebajones de mentira inventada por tenderos americanos).

Como ese viernes de tiendas despepitadas va asociado al Thanks-giving Day, día de Acción de Gracias... ¿cuánto tardará en imponerse aquí ese tradicional cenorrio familiar norteamericano donde es obligatorio comerse un pavo seco como estopa con su postre estomagante de pastel de calabaza?... al tiempo... ¿y el Independence Day que celebran los estadounidenses el 4 de julio?... también, tras formalizar en toda regla lo del estado 51... de la Unión... «no es peor ser allí el estado 51 que aquí el estado 1 de la Desunión», apuntó Sócrates... por cierto, cuando la Catalonia is not Spain haya de establecer su propio Independence Day, ¿qué fecha, epopeya o fasto elegirán?, porque el día de san Jordi Pujol ya está pillado.

El mundo anglosajón se jacta de vernos sucumbir no sólo a su lengua, sino a las costumbres y valores que vienen con ella entre colorines y delirios.

Una empresa tan española como Telefónica convoca un premio... ¡y lo llama Ability Awards!... hala, a beber de la catarata de términología inglesa que infecta publis, aparatos, artes, espectáculos, ciencias... aunque evidenciemos así la quijotada pija y paleta de un país que se desdibuja o se avergüenza... aquí er inglé pinta pa to, concluyó Quiyo, lo mismo pa venderte una colonia que pa sortarte un peo... en Hispanoamérica, donde el inglés coloniza a fuego, tienen a orgullo no rendir tanta palabra... porque la lengua es su última seña... y er enemigo, mu grande.