EL GALLO
Diez años del último zarpazo etarra
Afortunadamente el ‘legado’ de sangre y dolor sembrado por la banda terrorista ETA durante casi medio siglo dejó pocas cicatrices en forma de acciones directas en la provincia. Aunque también es cierto que han sido muchos los leoneses que han sido víctimas directas de los atentados que cometió la banda por toda España.
Ayer, día de la Constitución, se cumplieron diez años de la segunda y última acción de los etarras en la ciudad de León. Fue durante una cadena de bombas instaladas en distintas ciudades de España. En la capital de la provincia el artefacto fue instalado en un bar de la zona de Burgo Nuevo. El establecimiento fue desalojado aquel 6 de diciembre de 2004 media hora antes por lo que no se produjeron daños humanos aunque sí fueron cuantiosos los materiales.
Simultáneamente explotaron otros artefactos en Ávila, Valladolid, Ciudad Real, Málaga, Alicante y Santillana del Mar. Fue una de esas cadenas de bombas que empleó la banda en sus últimos años de actividad para sembrar el miedo.
El atentado más grave de ETA en León tuvo lugar también otro mes de diciembre. Fue un día 22, allá por 1995. Fallecía el comandante Cortizo y su hija resultó herida.