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TRIBUNA

El suspenso europeo a la Facultad de Veterinaria

Publicado por
Elías Fernando Rodríguez Ferri PRESIDENTE DE LA Academia de Ciencias Veterinarias de Castilla y León
León

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A comienzos del año pasado, cuando se hizo público el ajuste económico de la Junta de Castilla y León por el que dejaba en suspenso, entre otras, la Fundación Hospital Clínico Veterinario de Castilla y León, manifestamos nuestra preocupación ante el futuro de la institución, pues conocidos los estándares por los que se rige la Eaeve (Asociación Europea de Facultades y Escuelas de Veterinaria) con perfiles predominantemente clínicos, iba a servir de poco cuantos esfuerzos pudieran realizarse por parte del resto de ramas en las que se organiza la actividad docente e investigadora.

La semana pasada se hicieron buenos los pronósticos más pesimistas y, a la espera del informe definitivo y detallado, la conclusión fue clara: la Facultad no supera el listón. A pesar de los excelentes niveles de otras ramas (Higiene y Tecnología de los Alimentos y Producción Animal), o de las Ciencias Básicas Veterinarias y de la Sanidad Animal, el Hospital Veterinario adolece de numerosas deficiencias, que entre otras incluye falta de planificación y estrategia, insuficiente número de casos, de personal o de servicios, entre otros extremos, que, en opinión de la Comisión, no garantizan la formación práctica que precisan los alumnos para ser homologados en su ejercicio en otros países europeos.

Triste y frustrante noticia, especialmente cuando se echa la vista atrás y se comprueba que fue precisamente León la facultad piloto elegida en nuestro país en 1989 para elaborar un plan que garantizase la calidad de los centros de formación europeos (es la única profesión que sufre este tipo de auditorías) habida cuenta del importante cometido de sus profesionales, directamente relacionado con el abastecimiento higiénico de alimentos para el hombre y con el cuidado y mejora de las especies animales.

Cuando esto sucede se impone obligatoriamente un análisis en profundidad, desapasionado, con la crudeza necesaria que el caso exige, con el fin de poner en práctica en el menor tiempo posible los remedios que hagan corregir la situación en forma definitiva.

La Facultad ha sido el centro de la vida universitaria de León a lo largo de toda su existencia. La vida cultural de la ciudad y provincia en los dos primeros tercios del siglo XX giró totalmente alrededor de su actividad. Sus autoridades fueron las que libraron las batallas necesarias, para que el Gobierno, dictase la creación de la Universidad de León (ULE) en 1979. Ninguna de las Facultades de Veterinaria clásicas (Madrid, Córdoba y Zaragoza) hicieron nunca sombra a la personalidad y prestigio de León y, ello (hay que destacarlo) dependiendo de unas autoridades universitarias ubicadas en Oviedo, de cuya Universidad se dependía.

Hablar de la Facultad de Veterinaria de León era hablar de una de las mejores del país, sino la mejor, y ese era un motivo de orgullo para sus habitantes y para los veterinarios egresados de este Centro, cuya influencia alcanzaba toda la mitad occidental de la península, desde el mar Cantábrico al estrecho de Gibraltar, y algunos países de Sudamérica y Centroamérica.

El paso del tiempo ha ido relajando las conductas y las cabezas visibles de la Universidad han ido perdiendo poco a poco la sensibilidad necesaria para atender las exigentes necesidades, propias y singulares de esta Facultad, cuyo coste de mantenimiento está muy por encima de la media. Los estudios de Veterinaria son, con mucho, los más costosos para el erario público, pero estos extremos son conocidos por los expertos y no queda más remedido que asumirlos si se desea su mantenimiento. Tal ocurre en todas las Facultades de Veterinaria de todo el mundo y León no va a resultar una excepción.

Los últimos rectorados, en razón del ajuste económico y de la presión de otros Centros, han descapitalizado el estamento docente de la Facultad, que además posee una plantilla que antes de diez años quedará reducida a la nada, lo que supone un gravísimo riesgo para su propia existencia.

No se olvide que esta Facultad, con más de 160 años de vida y una de las cuatro clásicas, es única en la Comunidad autónoma más grande de Europa, con una ganadería diversa en la que algunas especies figuran a la cabeza de todo el país, con la mayor extensión de la Red Natura, lo que supone decenas de especies silvestres cuya atención veterinaria es necesaria.

Además, está en el origen del polo químico-farmacéutico de la hoy por hoy casi la única actividad industrial de cierto peso en la provincia, igual que sucede con la actividad agroalimentaria.

La facultad es una necesidad para León y también para la Comunidad, y su mantenimiento y promoción una cuestión obligada e ineludible. Para su viabilidad y mejora es preciso poner en práctica las medidas que sean necesarias, personales, de infraestructura, de cualificación docente de su profesorado, de incentivación y estrategias investigadoras, cualquiera que sea su precio.

La Academia de Ciencias Veterinarias de Castilla y León, reunida en sesión extraordinaria, desea trasladar a las autoridades Universitarias, las autoridades políticas autonómicas, provinciales y municipales, y al público en general, la necesidad de aunar esfuerzos y a la mayor brevedad reclama solución urgente para superar este fracaso y dar forma adecuada, implementando inmediatamente el Plan Estratégico recomendado por la Comisión Evaluadora. Como expertos en las Ciencias Veterinarias, nos brindamos para participar desde fuera y desde dentro de la Facultad aportando las ideas y la puesta en práctica de las medidas correctoras necesarias que conduzcan al éxito que todos necesitamos, como un derecho histórico irrenunciable.

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