Diario de León
Publicado por
PEDRO TRAPIELLO
León

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T ras la cosecha de la mies, entre el rastrojo, caen las espigas que la mano de hoz no abarca y allí quedan... llega entonces el tiempo bíblico de las espigadoras, de la gente pobre que acude a los surcos para atropar gratis lo que el apresurado segador no pudo recoger... es el tradicional rebusco aceptado y amparado por una inveterada ley no escrita que regía en Judea hace tres mil años o en Saludes de Castroponce anteayer.

Pero en Extremadura acaban de prohibirlo... ¡no jodas!... y en Andalucía se lo piensan... lo piden muchos, incluso sindicatos agrarios... creen que la vieja costumbre rural se ha picardeado y es negocio turbio con grupos que se mueven por todo el terrotorio... el rebusco ya no es para los jornaleros o necesitados del lugar, sino para cuadrillas al salto que llegan a arrasar o dañar fincas y cultivos (el rebusco de aceitunas es uno de los más populares en estas dos regiones... y a pesar de que pagan cantidades ridículas por lo rebuscado, les valía la pena, pero ahora se lo piensan, pues de los siete céntimos que el año pasado pagaban por kilo de uva o aceituna, ahora quieren dar sólo cuatro... ozú qué roña, rayo te parta).

Hasta no hace tanto el rebusco pervivió en tierras leonesas. La solidaridad vecinal puso reglas para que el pobre o necesitado tuviera un tiempo al año libre de humillarse rogando caridad porque estaba en su derecho al apaño, a los bienes de propios o comunes que, de no aprovecharse, se pudrirían.

En León el rebusco era habitual en las tierras de patatas tras acabar su dueño la labor (siempre queda alguna escondida o confundida con piedras y terrones). Otrotanto ocurría con la derrota , ley sagrada: en los prados de siega o diente, tras la última guadañada pelona de otoño, había que derrotar las cancillas y dejar abiertos los cerramientos para que la gente humilde sin tierras y con cuatro ovejas o cabras pudiera pastar en ellos aliviando en algo la dura invernada que nos gastamos aquí.

Sócrates alaba que hoy la solidaridad se llame Banco de Alimentos , pero sugiere también derrotar un día al año la cancilla de los súper para que pueda pastar ahí unas horas el cerro de pobres que censa, por ejemplo, Cáritas.

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