EDITORIAL: La actividad resinera consigue recuperarse tras la catástrofe
El terrible incendio que asoló los montes de la zona de Castrocontrigo generó un daño inmenso. A los efectos medioambientales y a los daños económicos directos se sumó una paralización importante en un sector fundamental para esa zona suroeste de la provincia. Los inmensos y valiosos pinares de la zona generaban un foco fundamental para la actividad resinera y fueron muchas las familias que como consecuencia del fuego vieron perdida su forma de vida.
Por ello resulta singularmente esperanzador que en el balance de 2014 ya se registre un incremento en el número de árboles resinados y también en el registro de profesionales del sector. Se ha pasado en un año de 131.000 a 186.000 árboles explotados, lo que supone un 50%. Y también crece el número de profesionales al pasar de 28 a 38 en doce meses.
Es verdad que aún queda mucho por hacer en los montes pero la realidad es que poco a poco se van recuperando las cosas, algo fundamental para toda esa zona de la provincia. Lo ocurrido fue una auténtica catástrofe ecológica pero si el monte se va recuperando de algún modo se irá paliando el daño para conseguir una vuelta a la normalidad tanto en lo material como en lo humano. Para la comarca de Castrocontrigo la explotación de sus montes con la extracción de la resina de sus pinos es imprescindible. Y además debe tenerse en cuenta que el sector resinero registra una creciente vitalidad al ampliarse constantemente sus posibilidades de uso industrial. La riqueza de los montes, como ocurre con otros sectores como el maderero o la explotación de frutos como la castaña, debe ser cuidada con el máximo esmero. Son fórmulas que garantizan que el mundo rural no se despueble totalmente. Las instituciones deben atender las necesidades de sectores con tantos beneficios para todos.
