Nones

Quedan unos cuanticos meses para que los leoneses salgan a decidir su futuro y todo siga igual. Igual, los trenes seguirán pasando igual, pues unos pararán y otros non, dicen que dice Fomento, que digo yo que, claro, de Perogrullo, es que lo otro sería casi un oxímoron, que si pones León al lado de la palabra tren, pues eso, que lo que marcan las leyes de la física non es que unos paren y otros non, que la regla es que non pare ninguno, que esto es Brigadum, y por eso non nos ven, ni en Madrid ni en Valladolid, a non ser cada cuatro años, para votar, y ni eso, porque lo de la población va parejo a lo del tren, y cada vez hay más leoneses que se cogen el vagón de lo que sea para salir de aquí, movilidad exterior, que diría la ministra de empleo, o sea que con cada tren que pasa somos menos, que si nos pusiéramos estupendos tendrían que empezar a tratarnos como al urogallo, que non se sabe si existe o non, pero anda que non da guerra, y si fuéramos especie amenazada el respeto sería inversamente proporcional a las inversiones, o sea que cada vez habría menos, que hay que proteger de la civilización a los pocos ejemplares que quedan (de leoneses) y así. Así que ¿para qué queremos desarrollar eso de Torneros? Hombre, hombre, que nos dejen en paz, que non queremos que unos paren y otros non, lo que de verdad quieren los leoneses es que non pare ninguno, ni nudo logístico ni nada, que este paraíso tiene que regresar a la eternidad de la nada, y lo del ¿ave? pero ¿para qué? si ni tenemos tiempo ni dinero para viajar a la modernidad, que non queremos criar niños maleducados que pidan aquello a lo que non pueden optar. Coche de línea y ya.

Y como somos como el urogallo, la Junta nos ayuda con la alimentación, y nos da gusanos para que non nos salgamos de la dieta. Debemos avituallarnos con una pitanza que non modifique nuestras expectativas y lo ideal es que el régimen comience con las crías, que luego salen los malos hábitos y pasa como con los perros, que quieren comer lo mismo que los amos de la casa, oye, y non, ante todo, educación, que cada uno necesita un puchero acorde con el papel que le ha tocado en la vida y, pues mira la India que gracias al sistema de castas, que todo el mundo respeta, se ha convertido en la primera democracia del mundo. En León, igual, intocables, que el dinero non da la felicidad. Bueno, a unos sí y a otros, pues que non.