NUBES Y CLAROS
El antídoto
Si fuera verdad que tanto les temen, actuarían. Darían un paso al frente para salvarse. ¿O acaso un paso al frente implica que se despeñen por el precipio del descrédito, los procesos judiciales y la vergüenza no pocos de quienes tienen en sus manos la decisión de avanzar? Quizá, piensen, mejor mirar para otro lado. Y que otros carguen con las consecuencias. Ya se sabe, cuando algo va mal y los de arriba sonríen, es que ya han encontrado a quién echarle la culpa.
Si quienes desde los partidos políticos, sindicatos y organizaciones de todo pelo con mando en plaza en las últimas décadas sólo saben anticipar una vez más el miedo y el caos para hacer frente a los que recolectan el hartazgo y el desengaño; es únicamente porque tienen más que perder dando la cara que haciendo un ejercicio de purificación democrática. Que, claro, se llevaría por delante algunos de sus próceres. Pero sobre todo muchas de las sanguijuelas que, arrimándose siempre al buen árbol, siguen rentabilizando la buena sombra que les ha cobijado en todo tipo de andanzas.
El antídoto contra las organizaciones políticas paridas por la reacción social sólo está en manos de aquellas otras que han permitido las tropelías a las que hoy no damos abasto a enumerar. Movimientos sociales que tienen todo el derecho a organizarse, promocionarse, venderse y sumar adeptos. De sus polvos de hoy vendrán los lodos de mañana, y allá cada cual con la responsabilidad con la que ejercite sus muy libres derechos ciudadanos.
Ni en lo local se aborda la interminable sucesión de tropelías que mantienen en ojiplática situación a la ciudadanía. Un ejemplo: sólo el eco del silencio responde a la sucesión de incomprensibles escándalos sobre aquella caja a la que los leoneses confiaron el ahorro de sus vidas. ¿Y en las instituciones? ¿Y en las inversiones? ¿Y...?
Se acaba el espacio físico de esta página, pero podríamos llegar a la sección de la programación televisiva haciendo repaso de cuanto nos preocupa. Y habría para más. ¿No es suficiente hartazgo e indefensión?
El antídoto sólo está quienes provocaron esta devastadora epidemia. La duda es ahora si pretenden curar a las víctimas o hacer también negocio del remedio, pese a la sangría de impotentes ciudadanos que quede por el camino.
Tienen hasta mayo/noviembre para demostrarnos qué han decidido.