Acampada del 0,7 en León 20 años después

S e cumplen 20 años de la Acampada del 0,7 en León. Es momento de mirar atrás para recordar aquellos días, hacer un repaso de estos 20 años y seguir caminando. Hacer una evaluación de resultados es posible, comparar datos y hacer crítica. También es el momento, pero a mí lo que me interesa recordar y compartir son las vivencias de aquellos días, los sentimientos y emociones, el impulso y la lección de vida que supuso para las personas que estuvimos allí acampadas.

La mayoría éramos gente joven, con ganas e ilusión por mejorar el mundo, creíamos que la justicia para todos y todas era posible y desde diferentes motivaciones, ideológicas, religiosas, por diversión o evasión, nos juntamos en la catedral.

No ocurrió de un día para otro. Durante todo el año se llevaban organizando actos para explicar y pedir que las instituciones destinasen el 0,7 de sus presupuestos al desarrollo. Apenas existían ONGs pero sí había asociaciones que llevaban difundiendo valores solidarios mucho tiempo.

En Madrid había un movimiento muy fuerte que había despegado con la huelga de hambre iniciada por Pablo Osés y otros tres compañeros y que fueron las personas impulsoras de ese recordatorio imcumplido desde su compromiso en 1972. Se iniciaron las acampadas aquel otoño por toda España, en las grandes ciudades.

En León se habían realizado ya varios actos de apoyo incluído un ayuno simbólico de dos días en el mes de octubre como homenaje a los huelguistas de Madrid, y allí hablamos de la posibilidad de hacer una acampada también en León. Parecía increíble, la mayoría pensamos que no iba a ser posible. Recuerdo a Mª Luz diciendo que sí, que sí era posible…. y ahora lo veo. Sí se pudo, sí se puede.

Tímidamente y con mucha ilusión pusimos algunas tiendas el 2 de noviembre de 1994 en los laterales de la Catedral, en aquellos pequeños jardines frente al Obispado y con el tráfico pasando a unos metros. ¡Y lo que nos llovió aquellos días! Un grupo de jóvenes valientes pasamos nuestra primera noche, no muchos, pero los días siguientes fueron sumándose más. Fue una aventura extraordinaria, llena de fuerza, ingenuidad y convicción. Creíamos que lo íbamos a conseguir. Desde allí salieron acciones de protesta. Cada día recibíamos más apoyos y los medios de comunicación se acercaban a preguntar… Aprendimos que el mundo no se puede cambiar tan fácilmente. Mantuvimos la ilusión día tras día hasta que hubo un compromiso firme por parte del Gobierno de llegar al 0,35 en 1995 y posteriormente al 0,5 antes de acabar aquella legislatura…

Levantamos la acampada el 20 de noviembre de 1994 —día de gran aniversario, ironías de la lucha— con la sensación de haber ganado. Creyendo que las personas unidas por una misma motivación son capaces de mejorar el mundo injusto.

Durante muchos meses y algunos años seguimos trabajando como Plataforma pro 0,7 y aquellos brotes crecieron y se formaron nuevas ONGs y nuevas formas de militancia.

Creo que para todos fue una experiencia positiva, con la que aprendimos que la lucha debe ser continua porque la memoria es corta y los que tienen el poder lo saben.

Algunas personas que estuvieron en la acampada describen sus recuerdos tras 20 años... Para Marta «fue maravillosa la sensación de compromiso sincero que tuvimos todos. Gran capacidad de convocatoria sin redes sociales... y maravillosas vistas al despertar cada mañana».

Para Pedro «fue una evidencia de un buen trabajo en equipo y aunque vayamos de mal en peor en cuestiones de cooperación,sí que creo que a muchos les quedó la esencia de algunos valores que han calado hondo y que han modelado formas de vida o experiencias de cooperación posteriores a la acampada. Sólo por eso ya valió la pena!!!

Para Mª Fernanda es «una alegría rememorar experiencias de luchas, intentos, búsquedas de un mundo más justo... Hay que seguir en ello».

Para Mª José « Qué recuerdos! Qué bonito! Que de tiempo ha pasado... Mi gratitud a los que seguís activos en esta lucha».

Gracias a todos. Fuimos protagonistas. Una suerte.