Diario de León

FUEGOAMIGO

Capital del chocolate

Publicado por
ERNESTO ESCAPA
León

Creado:

Actualizado:

E n estas últimas décadas, Astorga viene mostrando una decidida predilección por el rescate de aspectos orillados de su pasado, que habían ido quedando al descuido por el empuje de otras facetas menos relevantes, pero que acabaron colonizando su imagen. Esta capacidad de reinventarse, multiplicando los atractivos, no es fruto del azar, sino que se debe a la sensibilidad cultural de sus dos últimos alcaldes, Juan José Alonso Perandones y Victorina Alonso. Conviene destacar esta rara singularidad, porque debería ser imitada. Por ese camino, Astorga salvó diversos enclaves de su pasado romano, que ofrece en un elocuente itinerario por sus vestigios, cuyo descubrimiento resulta cautivador para los visitantes.

Quizá el mejor reclamo para este secreto de la ciudad sea el museo que alberga la imponente galería central del foro. También el jubiloso despliegue de sus fiestas veraniegas, cuando el vecindario rememora en el ceremonial del circo la alegría que el oro de las Médulas traía a la ciudad. Porque ahora Astorga conjuga tentadora el esplendor de sus muchas edades. Además de romana y siempre levítica, a trechos herética, jacobea, maragata, literaria, castrense, chocolatera y embaucadora con ardides del indomable Napoleón. Precisamente hoy se inaugura la nueva sede del Museo del Chocolate, que fue pionero en España de la mano del inolvidable José Luis López (1927-2010), el inquieto astorgano que tantos dulces secretos nos descubrió. Coleccionista y comerciante, instaló la primera colección en una tienda de la calle José María Goy, donde se mantuvo durante años.

Más de diez mil objetos relacionados con la fabricación y propaganda del chocolate se despliegan ahora por las dependencias del chalet modernista (1910) de Magín Rubio en el barrio de Puerta de Rey. Un edificio coetáneo de la Casa de los Granell, otro fabricante de chocolate, obra de Antonio Palacios. La sede del Museo del Chocolate se debe al arquitecto astorgano Eduardo Sánchez-Eznarriaga (1870-1924) y su rescate suma otro aliciente a una de las etapas contemporáneas más atractivas y difuminadas de Astorga, cuyo despliegue alcanza ahora desde el palacio de Gaudí a la iglesia de San Andrés, con parada en la Casa de los Panero, ahora también abierta, restaurada y accesible. El chocolate llegó de Méjico hace ahora quinientos años y tanto su nombre como la jícara, que era el recipiente donde se servía, proceden de la lengua de los aztecas. En la levítica Astorga alimentó la discusión teológica acerca de si su consumo rompía el ayuno. La sanción papal concluyó un siglo más tarde que su disfrute no suponía quebranto siempre que se tomara en pequeña cantidad y no se hiciera espeso. La dulcería astorgana lo arropó con hojaldres y mantecadas.

tracking