Diario de León
León

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Casi resulta dramático. Que el hecho de que dos colectivos de trabajadores acorralados unan sus fuerzas en la reivindicación sea noticia es todo un indicador de la paupérrima forma del músculo de resistencia de la ciudadanía leonesa. Un patético síntoma de la resignación que, de tanto repetirnosla, hemos convertido en genética.

Una evidencia que debería ser, sin embargo, el fuego que encienda la mecha de la reacción. Ahora que todo se cuestiona, ¿vamos a seguir entonando lamentos en el coro plañidero al que nos tenemos acostumbrados, o decidiremos tomar las riendas -sociales, que lo social engloba todo- de nuestro futuro y poner las cartas, y las otras cosas que sean necesarias, sobre la mesa?

Los trabajadores de Everest y de la Hullera Vasco Leonesa han hecho causa común de sus problemas en una protesta que mañana llega a la capital, con el objetivo de llamar la atención sobre sus problemas particulares, pero sobre todo de servir de revulsivo frente al deterioro de aquello que debería conformar el asiento de nuestro futuro. Mañana el músculo de las voces de quienes no se resignan se encontrará con las poderosas pantorillas de los miles de aficionados a correr (hoy running) en la media maratón que llenará las calles leonesas. Si son más los que corren que los que gritan (lo harán en perfecta armonía, que una cosa no quita la otra), no hará falta campaña electoral ni oráculo que adelante el futuro de esta tierra.

La pelota está del lado de los ciudadanos. Y de los sindicalistas y afiliados. Nunca ha dejado de sorprenderme la patética individualidad del reivindicador interesado leonés. Que es sólo parte, que no arte, de los desbordados sindicatos locales. Recuerdo decenas de 1º de Mayo sustentados con las fuerzas de siempre y abandonados de forma insultante por trabajadores y sindicalistas de empresas que habían recibido apoyo cerrado y mayoritario de aquellos a quienes después ignoraban.

En fin. La manifestación de mañana debe ser un puñetazo en la mesa de los leoneses. Reacción frente a la indiferencia, barbilla alta ante las componendas de campaña electoral. No se trata de peticiones, sólo se exige que se cumpla lo que se debe. De la respuesta de los leoneses de toda la provincia depende la confianza en lo que en realidad queremos ser. De no ser así, como dijo Martin Luther King, deberemos arrepentirnos no tanto de las malas acciones de la gente perversa como del pasmoso silencio de la gente buena.

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