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Publicado por
José María Jáñez Franco. coordinador de la asamblea de IU-Astorga
León

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L as elecciones municipales ya están a la vuelta de la esquina. Y es mucho lo que en ellas nos jugamos, porque España está en pleno proceso de transición hacia la construcción de un nuevo país. Un nuevo país que se va construyendo desde los cimientos, por la ciudadanía y con los movimientos sociales. La pugna entre lo nuevo y lo viejo estará también presente en la batalla electoral municipal y ningún resultado está predeterminado de antemano. Todo puede pasar. En esta desigual batalla, las fuerzas del viejo régimen, carentes de legitimidad pero aun en pie y con mando en plaza, harán uso de todo su arsenal para que las cosas permanezcan igual.

Creo que a día de hoy, la ciudadanía ya no reclama de quienes aspiran a ser sus representantes que estos se rodeen en mítines y actos de campaña de líderes del partido, ni que vayan a cada rincón para hacerse la foto de rigor, ni que dirijan frases vacías y repitan eslóganes al personal. Tampoco se les reclama que se gasten en levantar adoquines durante estos meses y a trancas y barrancas derrochen lo que han dejado de invertir durante estos cuatro tristes años pasados. Todo esto se lo podrían ahorrar, aunque no obstante, creo que lo harán. Lo que ahora se reclama de los nuevos dirigentes, es una nueva legitimidad que se ha debido ganar durante estos cuatro años, trabajando con coherencia y confiando en la gente.

No obstante, esta actitud ramplona servirá para poder visualizar los dos modelos de gestión política municipal en liza. Por un lado el de las relaciones clientelares. Por otro, el del esfuerzo colectivo, la planificación, la modernidad y la revalorización de lo público y lo común.

En esta tierra prácticamente no tenemos experiencias de gobiernos que hayan trabajado por y para el bien común. Por eso nos resulta tan difícil creer que algo pueda cambiar. Es difícil salir del escepticismo porque además, quienes gobiernan con políticas propias de la derecha, muchas veces se han autoproclamado de izquierdas. Mientras tanto, el tiempo avanza y nuestros pueblos retroceden enfrascados en este círculo vicioso en el que los políticos de turno miran al cielo para ver que cae y viajan de acto en acto, en vez de poner en marcha un verdadero proyecto político para su ciudad.

Romperemos de una vez por todas este círculo vicioso, cuando —el pueblo, la gente, la ciudadanía, los de abajo— volvamos a creer en nuestro potencial. Cierto, es difícil creer después de tantos y tantos años de la misma política practicada por el PSOE y el PP, pero en nuestras manos está la posibilidad de comprender que existe otra forma de gobernar.

En IU-Astorga hemos dado buena cuenta de ello durante estos cuatro años de intenso trabajo colectivo y en positivo, aunque haya sido desde fuera de la institución. Porque hemos presentado sin descanso propuestas viables y ajustadas a la realidad, encaminadas a poner en marcha una nueva ciudad. Con ardiente paciencia hemos trabajado para preparar el paso de la teoría a la práctica, para poner en marcha con la gente esta otra forma de gobernar.

Porque aunque Rajoy haya dicho en el debate sobre el estado de la nación que la recuperación es ya un hecho, le conminamos a que le pregunte a los trabajadores, a las autónomas, a los pequeños comercios y empresas que tienen que luchar cada día por mantener la «trapa» levantada. A las calles vacías y los comercios sin gente. A las familias astorganas que le ponen ganas y alegría frente a la adversidad y el desánimo. A las jubiladas que sacan adelante a sus hijos y nietas con una escasa pensión. A la juventud astorgana que tuvo que emigrar para buscar un futuro lejos. A todas aquellas personas que se atrevieron pero no les dejaron, y ahora en cada calle hay un cartel de «se traspasa» y crecen los locales vacíos.

Tengo la firme convicción de que con compromiso y generosidad vamos a recuperar España y Astorga para la mayoría social. Pero no será gracias a Rajoy ni a la mayoría de la clase política actual, sino a la gente valiente dispuesta a ganarse el futuro y el pan.

Hacen falta Syrizas, hace falta poder popular. IU-Astorga es de todas y todos y está dispuesta a ser catalizador del cambio social.