EDITORIAL: Empresas en liquidación, una buena segunda oportunidad

Durante los últimos meses y por primera vez desde que la actividad económica y laboral se ve tan cruelmente afectada por la crisis varias empresas de la provincia que no consiguieron superar el concurso de acreedores encuentran inversores dispuestos a hacerse cargo de la actividad e intentar reflotarlas, si no totalmente al menos sí parcialmente, por medio de nuevos planes de viabilidad y negocio. Concretamente en el transcurso del último año varias sociedades que se encontraban ya en fase de liquidación y estaban y en procedimiento de subasta encontraron comprador con proyectos empresariales que fueron aceptados por los administradores concursales. No han sido todas, pero sí una parte importante de ellas —cinco de las treinta y ocho que acabaron llegando a esa situación—, visto al menos desde la perspectiva temporal más inmediata.

La adquisición de una empresa en esa situación —con ejemplos muy elocuentes y de sobra conocidos por todos los leoneses por la magnitud de esas sociedades y del problema no sólo económico sino sobre todo laboral que habían generado— ofrece importantes ventajas para el comprador: una información muy fiable de lo que tiene y lo que debe y un precio muy conveniente que incluso ha llegado a ser del 10% del valor de tasación. Esta «realidad prácticamente nueva» —así la define el titular del Juzgado de lo Mercantil—, que no se había dado en León en los nueve años anteriores y que sin duda es consecuencia de los cambios en las condiciones de la legislación concursal, tienen más lecturas positivas, entre las que sobre todo debe valorarse el mantenimiento de buena parte del empleo en un momento en el que la pérdida de la actividad laboral castiga a la provincia todavía con enorme dureza, pero también una mayor facilidad de acceso al crédito en general y, por fin, la evidente mejora de nuestras perspectivas económicas.