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Publicado por
ERNESTO ESCAPA
León

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D esde hace treinta años, el organismo público Red Eléctrica Española, en cuya presidencia se alternan sucesivos descartes ministeriales de diverso pelaje, anda intentando evitar rodeos para enlazar directamente, con el tendido de una nueva línea de alta tensión, las térmicas de Lada, en Asturias, y Velilla del Río Carrión, en la montaña palentina. En un principio los proyectistas madrileños tiraron recto, de manera que la travesía leonesa yugulaba la montaña de Riaño. A nadie importó si aquellos parajes estaban declarados espacio natural. El planteamiento consistía ni más ni menos que en la tala y devastación de un corredor de cuarenta metros a lo largo de medio centenar de kilómetros protegidos. Y en esas se han mantenido durante décadas, con los cables suspendidos de las torretas en la misma frontera de Tarna.

Pero no pudo ser, claro. Así que después de largos años de tientos y pleitos, tuvo que deslizarse la tentativa de la montaña oriental a la central. Y en ese atasco llevamos como diez veranos, barajando manifestaciones comarcales, olvidos, pronunciamientos líricos, toques de campana a concejo y talas de encinas centenarias en la comarca de la Guzpeña. Esta semana ha vuelto a remover el asunto en el Senado el socialista asturiano Vicente Álvarez Areces, urgiendo que se active su trazado. Hay que recordar que ya en mayo de 2005 Tomás Villanueva informó en las Cortes del acuerdo existente entre el Ministerio de Industria, la Junta, Red Eléctrica Española, el Partido Socialista y el Partido Popular para el nuevo trazado, que entraría en León por el valle del Curueño. Sólo mostró su rechazo el leonesista Joaquín Otero. Entonces ningún procurador de los grupos mayoritarios dijo nada en contra.

¿Qué se oculta detrás de estas travesías de alta tensión? Porque la central asturiana de Lada y la palentina de Velilla ya están conectadas a través de la térmica de La Robla, que a su vez lo está con las del Bierzo. O sea, que el circuito para llevar los kilovatios de nuestros yacimientos de energía a las pujantes periferias está operativo. La línea de alta tensión entra actualmente en la provincia por Pajares y baja por el valle de Gordón hasta la encrucijada de La Robla. Uno de los argumentos para promover el enlace alternativo es la saturación de este corredor, que no admite duplicar el tendido, como al parecer requiere la implantación de seis nuevas centrales de ciclo combinado en Asturias. Claro que los peor pensados interpretan el atajo como una maniobra para descolgar en un horizonte no muy lejano a las térmicas leonesas del circuito energético prioritario. En cualquier caso, es urgente que los promotores y quienes los respaldan den la cara y expliquen sin enredos de qué va esta vaina.

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