Paintball León

C omo prometen los americanos: por Dios, por el país y por nuestro León les juro que María José Otero era la guapa oficial de mi barrio. Una chica bendecida por abundantes detalles seductores y que, por así decirlo, estaba más rica que el arroz con leche. El tiempo ha pasado y las generaciones corren, aunque siempre hemos conservado el lindo trámite de la amistad. Hoy voy a hablarles de su hijo Alfonso, quien ajeno al escrutinio social que suele acompañar al que se arriesga en territorio virgen, se ha dejado llevar por el optimismo arrollador de la juventud y puesto en marcha un proyecto que huele a iniciativa y frescor, de esos que vienen bien a la ciudad pues contribuyen a quitarnos de una puñetera vez el pelo de la dehesa. El futuro siempre depende en última instancia de nosotros mismos, así que superando el estado de decepción y casi excepción que padecemos se le encendió la bombilla, irrumpiendo en primera fila de la actualidad con la gran satisfacción de hacer algo diferente y radicalmente nuevo.

Convencidos los dos Alfonsos, pues ambos socios lucen idéntico nombre, de que los ratos de ocio y diversión son la mejor de las adquisiciones, acaban de inaugurar en la calle Suero de Quiñones Paintball Indoor León, moderno artefacto de entretenimiento y estrategia que consiste, a grandes rasgos, en la competencia que se entabla entre dos equipos a base de lanzarse mutuamente bolas de pintura mediante pistolas de aire de presión. Un deporte de interior que pone en marcha un incruento campo de batalla en el que priman las habilidades y truquillos, con el propósito supremo de que la clientela lo pase bien. La empresa facilita todo el material necesario, incluida una completa equipación compuesta por mono, casco, peto y guantes. La vida siempre avanza gracias a lo novedoso, así que como dice la canción: a jugar…