No hay para todo

E l pasado fin de semana hubo en nuestra ciudad un congreso de pediatría. 300 especialistas vinieron para actualizar conocimientos. Y no necesitaron para ello un palacio. Cuando leí la noticia no pude sino lamentar que los vecinos no entiendan la superficialidad de este proyecto. Que por cierto desde el pasado viernes cuesta seis millones más de lo presupuestado, para prorrogar las obras que ahora se espera concluir en 2018.

Todos esos millones salen del bolsillo de los leoneses de la capital en la parte municipal, de los leoneses de toda la provincia y de los habitantes del resto de la Comunidad en la parte que paga la Junta y de los leoneses de la capital y la provincia más los vecinos de toda la Comunidad y los españoles todos en la parte que corresponde al Estado. Esos millones son los que se necesitan para salvar la minería, salvar Everest, salvar tantas empresas como se han hundido en los últimos años. Esos millones que despilfarraron para hacerse la foto y llenarnos la boca con frases como que León tiene un aeropuerto que podría competir a nivel internacional y sin embargo sólo hay un avión de forma regular... Que León tiene una estación provisional de récord Guinness, mientras deja en el olvido una joya de un discípulo de Eiffel. ¡Y menos mal que se pasó la fiebre de derribarla, como se dijo en su momento! Que el Ayuntamiento de León se endeudó hasta las cejas para construir un estadio municipal porque iba a ascender la Cultural. Las deudas se han ido acumulando en Poridad y en el club blanco y del ascenso nunca más se supo. Con el agravante de que cada nueva temporada venden el humo del ascenso, mientras el tiempo se encarga de colocar al equipo en su sitio. Otros con más historia (el Salamanca, sin ir más lejos) desaparecieron y nadie se ha muerto por ello. El Helmántico lleva dos temporadas cerrado. Pero aquí abrimos un Reino, que será el del desastre.

No aprendemos. ¡Qué va! Diremos dentro de un tiempo que tenemos un Palacio de Congresos sin congresos, porque los que quieran venir aquí vendrán, igual que ahora lo hicieron los pediatras. Pero para que vinieran no se necesitó gastar los millones que cuesta (que no vale) ese palacio de despropósitos. Y sin embargo se han gastado. Y cuando se pide dinero para auténticas necesidades no llega, porque no hay para todo, porque no nos van a dar, porque ya nos dieron y nos taparon la boca y así ya ni podemos seguir pidiendo...